Golpe a golpe
Por Juan Sánchez-Mendoza
Hace días transité (casi de madrugada) de Ciudad Victoria a Matamoros. Y, de ahí, me trasladé a Reynosa, vía carretera (obviamente), retornando aquí ya entrada la noche, aunque al iniciar el recorrido lo hice atemorizado, pues muchas versiones van de boca en boca, refiriendo los sucesos cruentos del pasado.
De ida observé fuerte vigilancia policial en ambas rutas y al retornar, ni se diga: un impresionante dispositivo de patrullas y elementos, que vigilaba el camino.
Ciertamente presumí que se trataba de un operativo desplegado por el eventual desplazamiento delincuencial; pero al preguntarle a un uniformado el porqué de tanto movimiento él me informó que se trataba de la Campaña de Prevención y Auxilio Carretero, cuyo objetivo es asegurar que las rúas y los conductores en tránsito (acá en el estado) resulten otra vez seguras.
Y así lo constaté, pues de ida y vuelta vi patrullar a federales, soldados y marinos (así como a efectivos estatales), que hasta ganas me dan de que mis hijos surquen nuevamente la ruta hacia la Unión Americana para hacer compras de ropa, considerando que la usura local ofrece productos caros y de baja calidad, aunque los oferten como si se tratara del último grito de las modas juveniles.
Durante el trayecto no vi a ningún candidato a legislador (que suerte la mía) haciendo campaña, pero sí me motivó el despliegue de seguridad que se ha montado ex profeso.
Incluso allá en Padilla, las Norias y la ‘y’ que divide el camino hacia los municipios fronterizos de Matamoros y Reynosa (donde gobiernan alcaldes harto cuestionados por su función pública) me topé con uniformados que al paso, me trataron con el debido respeto, dignificando su quehacer.
Igual lo certifiqué al retornar a éste mi pueblo tan querido –aunque por adopción haya entes que desestimen mi presencia–, donde nacieron por lo menos tres de mis hijos y mi esposa.
Y ellos también, se dieron cuenta de la seguridad carretera que priva en el estado, por lo que ninguna razón tienen los detractores sistemáticos y pagados que descalifican el programa, en razón, de ser defensores del mar de indocumentados centroamericanos que llegan a alterar.
En fin, el comentario surge porque otra vez desde hacia casi diez años me sentí seguro al ir a la frontera y retornar igual.
Incertidumbre
No hay, en los 22 distritos electorales, forma de augurar triunfos o derrotas, pues los candidatos a diputados locales, se han encargado del hartazgo en sus propios distritos.
Unos por soberbios; otros por opacados y el resto, simplemente por no saber qué hacer para incidir en el ánimo de los electores.
Hasta antes de las visitas de Yeidckol Polevnsky Gurwitz (Morena) y el representante albiceleste (Jorge Luis Preciado Rodríguez), el mosaico aquí en el estado lucía casi parejo, entre los morenazos y albicelestes, pero tras su aparición, los dos descompusieron el cuadro.
En fin,  todavía hay qué ver qué fichas mueve el tabasqueños y cómo, en el ajedrez estatal, juegan los políticos de casa.
E-m@il