Trump hace historia al cruzar la frontera norcoreana

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Panmunjom. ¿Quiere que cruce la lí­nea?, preguntó Donald Trump. Me sentiré muy honrado si lo hace, respondió Kim Jong-un.

Con estas palabras, los lí­deres de Estados Unidos y Corea del Norte, respectivamente, cumplieron ayer en la emblemática frontera entre las dos Coreas un nuevo y simbólico acercamiento, aparentemente espontáneo, que parecí­a inverosí­mil hasta último momento y que permitió reactivar las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano.

Corea del Norte calificó de histórico y sorprendente el encuentro en un despacho de la agencia KCNA, ya que ambos resolvieron retomar y dar un impulso a diálogos productivos en pos de la desnuclearización de la pení­nsula.

Más de un año después de su primera cumbre en Singapur, los dos dirigentes se reunieron de nuevo, esta vez en la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas desde el fin de las hostilidades entre Norcorea y Corea del sur (1950-53) que concluyó con un armisticio pero sin tratado de paz.

Acompañado por el lí­der de Pyongyang, el magnate hizo historia al cruzar unas baldosas de cemento, de algunos centí­metros de altura, que simbolizan la frontera más hermética del mundo y que jamás pisó un presidente estadunidense en ejercicio.

En cámara lenta: Trump camina lento y alcanza la lí­nea de demarcación algunos segundos antes que Kim, se estrechan la mano, conversan brevemente y luego el magnate cruza al norte, solo.

Los fotógrafos y camarógrafos que lo acompañan deben quedarse en el sur, ya que una disposición del gobierno prohí­be a los estadunidenses visitar Norcorea.

Los reporteros gráficos están furiosos: sus homólogos norcoreanos rodean a los dirigentes y bloquean el momento histórico para su lentes.

Ambos lí­deres posaron luego para los fotógrafos detrás de la lí­nea de demarcación, en Panmunjom, donde se firmó el armisticio de 1953 y de este tercer encuentro.

Es un gran dí­a para el mundo, dijo Trump, al afirmar sentirse orgulloso de haber cruzado esa lí­nea. Kim Jong-un dijo esperar superar los obstáculosgracias a su relación maravillosa con el magnate.

El hecho de que los dos paí­ses, a pesar de una larga relación de hostilidades, puedan estrecharse las manos por la paz en un lugar que simboliza la división (…) demuestra que el presente es mejor que el pasado, destacó Kim, quien cruzó la frontera hacia el sur el año pasado para su primera cumbre en la zona desmilitarizada con el presidente surcoreano, Moon Jae-in.

Tras una reunión de unos 45 minutos en el sector sudcoreano de la zona desmilitarizada, Trump acompañó a Kim hacia su paí­s, esta vez junto al presidente de Corea del Sur.

El magnate se dirigió luego a la prensa y anunció que invitó al lí­der norcoreano a Estados Unidos. Esto se hará en algún momento, dijo.

Trump también anunció que los equipos negociadores de Estados Unidos y de Corea del Norte reanudarán sus discusiones sobre el programa nuclear de Pyongyang en las próximas dos o tres semanas.

Horas después, el dirigente estadunidense partió de Corea del Sur rumbo a Washington.

La visita de Trump a Corea del Sur y la zona desmilitarizada estaba prevista luego del fin de la cumbre del G20 en Japón, pero el mandatario sorprendió a todos el sábado al preguntar en un tuit: Cuando esté allí­, si el presidente Kim de Corea del Norte ve esto, me gustarí­a reunirme con él en la frontera para darle la mano y decirle hola (?)!

El magnate aseguró que no sabí­a si Kim iba a responder estando presente cuando publicó su tuit. Si no hubiese venido la prensa no me hubiera perdonado, afirmó ayer.

El acercamiento entre los dos paí­ses parecí­a estar en declive, sobre todo después del fracaso de la segunda cumbre, en Hanói.

El tema de la desnuclearización de Norcorea sigue siendo un obstáculo. Washington exige que Pyongyang renuncie definitivamente a su programa nuclear para levantar las sanciones internacionales, opción que Corea del Norte descarta.

Aunque el encuentro difí­cilmente resuelve las divergencias entre ambos paí­ses, posee una carga simbólica insoslayable para dos naciones que hace apenas dos años hablaban de aniquilación y destrucción.

En tanto, varios candidatos a las primarias demócratas para las elecciones presidenciales de Estados Unidos comentaron con escepticismo la reunión, la cual percibieron más como una sesión fotográfica que como un avance real hacia la desnuclearización norcoreana.

“No veo problemático reunirse con Kim Jong-un en Corea del Norte o en otro sitio. Si podemos desembarazarnos de las armas nucleares será muy bueno pero no quiero que se trate simplemente de una sesión fotográfica. ¿Qué sucederá mañana y pasado mañana, expresó a la cadena ABC el senador, Bernie Sanders, quien se proclama un socialista democrático.

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