SET: ya basta

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Golpe a golpe

 

+ Escolapios sin tener vela en el entierro son ví­ctimas de grillas burocráticas

+ Proceso interpartidista para renovar la dirigencia del PRI plagado de vicios

Por Juan Sánchez Mendoza

A dos semanas de iniciar el nuevo ciclo escolar, entre los directores del nivel básico crece la versión de que la plantilla de maestros serí­a insuficiente para cubrir la demanda. Sólo en los planteles públicos, aclaro.

Sin embargo la subsecretaria Magdalena Moreno Ortiz sigue vendiendo un proyecto fantástico: que ninguna escuela –hay en Tamaulipas, cerca de 4 mil 500–, registre falta de mentores.

¿De dónde los sacará?

Lo pregunto tomando en cuenta que en el ciclo anterior ella fue incapaz de meter en cintura a los 26 mil 570 profesores que supuestamente trabajaron frente a grupo, para atender a una población de 591 mil 726 alumnos –cada uno (+/- en promedio) se debió ocupar de 23 escolapios–, pero ante su falta de planeación y/o conflictos con el gremio magisterial, hubo decenas de escuelas que registraron ausentismo de docentes.

A tal grado que, el encargado del despacho, Mario Gómez Monroy, tuvo que reconocer (casi a mitad del ciclo escolar 2018-19) que afectivamente las escuelas públicas de los 43 municipios registraban falta de maestros.

Obviamente esto disgustó a la subsecretaria de Educación Básica.

Y es que ella se comprometió, ante el gobernador que durante su ejercicio burocrático no habrí­a más ausentismo de maestros.

Desde entonces y a la fecha, le tira dados envenenados a su jefe, como también al secretario general de la sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), José Rigoberto Guevara Vázquez, al través de su amiga Reyna Campuzano, quien forma parte del establo del ex dirigente gremial Jesús Rafael Méndez Salas, con quien por cierto, harto se identifica.

Lo peor del caso, es que Magdalena tampoco cumplió con su promesa de que cada escuela contarí­a con un psicólogo y un ‘teacher’ (maestro de inglés), pero aún así­ aspira ser nombrada secretaria de Educación en Tamaulipas o, por lo menos, ser ella quien apadrine el relevo.

En el estado hay cerca de 600 mil aspirantes a cursar estudios en los niveles preescolar, primario y secundario en planteles públicos.

Y no merecen estar sujetos a la grilla que pretende el poder por el poder mismo.

Así­ que lo mejor serí­a que el mandatario sacara la casta y poner a cada cual en su lugar.

Sobre todo, cuando en Educación Básica nada ha funcionado y menos en el Instituto Tamaulipeco de Becas (Itabec), que sólo es una oficina que se dedica a tramitar privilegios para quienes más tienen, como ha quedado constatado con las recomendaciones de Silvia Montalvo Rodrí­guez para la aplicación de estí­mulos, aun cuando los agraciados no cumplan con los requisitos marcados, como en su oportunidad lo denunció Gabriela Braña Cano.

Hace dí­as, por cierto, fue relevado el director de Itabec –sustituyéndolo el reynosense Ernesto Robinson Terán–, ante el cúmulo de quejas por haberse elevado el requisito principal para obtenerlas (del 8.5 al 9 promedio para estudiantes de colegios particulares, y del 8.5 al 9.5 para estudiantes de instituciones públicas).

Pero eso nada soluciona, puesto que la señora Montalvo dispone aún, como mejor le da la gana, del beneficio, aun cuando hay alumnos de dieces que no son apoyados y estudiantes con promedio de siete que sí­ lo son.

En fin, el gobernador Francisco Javier Garcí­a Cabeza de Vaca ya tiene conocimiento del tema y, seguro estoy, tomará cartas en el asunto.

De ahí­ que no le extrañe una fuerte sacudida al árbol de la SET.

Simulación priista

Este dí­a se elegirá al relevo de la presidenta (interina) del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) priista, Claudia Ruiz Salinas.

Y aunque desde el inicio del proceso los datos hayan sido cargados en beneficio de Rafael Alejandro Moreno Cárdenas –el tal ‘A(m)lito’–, ‘patalea’, aún, Ivonne Aracely Ortega Pacheco, porque su objetivo no es ganar, sino a cambio de jugarle contras al partido obtener posiciones dentro de éste.

Quizá la secretarí­a general y otras de menor importancia. Pero lo cierto, es que todo hace presumir que ya hubo arreglo.

Esto desde luego no significa el renacimiento del PRI.

Menos cuando la simulación luce a toda vista.

Aquí­ en Tamaulipas, féretro del Revolucionario Institucional, la dirigente estatal (Yahleel Abdala Carmona), desde iniciada la contienda interpartidista acató diligentemente la instrucción de su mánager para marcar ‘lí­nea’ por el campechano, aunque éste ni la ve ni la escucha.

Como sea, tratará este dí­a de sorprenderlo con votos.

¿Cuántos?

Quizá más que los alcanzados en la más reciente contienda oficial, que, por cierto, nadie le creerí­a, salvo sus panegiristas que cada dí­a son menos y harto cuestionables por también ser los saqueadores del poco recurso que el tricolor tiene.

Bancadas

Aun cuando el Tribunal Electoral de Tamaulipas no ha emitido dictámenes en torno a los recursos de inconformidad presentados respecto al proceso más reciente, porque la fecha de vencimiento para resolver es hasta el dí­a 20 del mes que cursamos, hay indicios claros de que la repartición de las diputaciones plurinominales dará a Acción Nacional una posición.

Obviamente, para que Gerardo Peña Flores sea diputado local y desde luego, ‘pastor’ de la bancada albiceleste; además presidente de la Junta de Coordinación Polí­tica en la legislatura.

Sus pares a manera de coordinadores legislativos podrí­an ser:

Morena: Guillermina Medina Reyes, pues es la única diputada electa; y

PRI: Yahleel, a menos que desde el centro llegará otra instrucción,

Patricia Pimentel, de MC, serí­a todóloga.

Y hasta eso, una ficha a jugar en el escenario competitivo, vendiéndose al mejor postor.

Operativo Rivas

Ante un grupo mediático convocado para ensalzar su proyecto polí­tico, hace dí­as el alcalde de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuéllar, filtró que podrí­a ser, con el apoyo de los comunicadores, el próximo candidato gubernamental del membrete albiceleste.

¡Vaya, atrevimiento¡

¿Tiene permiso para desde ahora auto promoverse?

No lo sé, pero sí­ me queda en claro que alborota el gallinero. Y le falla a la confianza de su patrón, pues no es capaz de entender que primero es el uno y después el dos.

Bajo el pretexto de invitar a su informe edilicio de labores Enrique buscó reunirse con la prensa más representativa del estado; pero se fue de boca al suponer que así­ obligarí­a al mandatario a desde ahora considerarlo como el prospecto a sucederlo.

¿Acaso su desplante fue acordado?

No lo creo.

Más bien considero que le ganó ‘la calentura’.

Y que en su pecado lleva la penitencia.

E-m@il:

jusam_gg@hotmail.com

Caminante no hay camino

No hay, todaví­a, un remedio para garantizar el suministro de agua aquí­ en la capital del estado

De madrugada, apenas nos llega un chorro del vital lí­quido. Y se corta a eso de las 6:30 horas (a.m.).

Los usuarios afectados tenemos que estar alertas para rellenar, cuando menos, tinas y cubetas.

¡Ah!, pero eso sí­, nos llega puntualmente el recibo –y hasta con cargos excesivos–, por un servicio que no se nos brinda.

¿Acaso hay que bailar zumba y hacer payasadas para que nos hagan caso?

Se hace camino al andar

Cociente del problema del agua, el gobernador Francisco Javier Garcí­a Cabeza de Vaca sostuvo una reunión de trabajo con los titulares de las comisiones municipales de agua potable y alcantarillado de Reynosa, Ciudad Victoria y zona conurbada.

Durante el encuentro, el mandatario dijo que apoyará a los organismos para obtener los recursos necesarios, para poder llevar a cabo las acciones necesarias para eficientar los recursos, combatiendo las tomas clandestinas, las fugas en la red de distribución, erradicando el rezago en la recaudación y manteniendo sus recursos humanos en el marco de los estándares nacionales.

Cicuta

Por fallar en su responsabilidad, ya cayeron varios funcionarios públicos.

Como se lo anticipé, al comentarle sobre la necesidad de darle fuerte sacudida al árbol gubernamental.

Y, según observo, se cortarán otras ramas.

Primeramente las improductivas y dañinas.

¿Usted las ubica?

El jefe polí­tico estatal, ¡claro que sí­Â¡

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