Romero Deschamps, en la mira de la UIF, dejarí­a el sindicato petrolero

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Carlos Romero Deschamps dejarí­a la dirigencia del sindicato petrolero, luego de 26 años de encabezar esa organización.

El lí­der habí­a sido reelecto hasta 2024, sin embargo, el diario Reforma, que cita a fuentes cercanas a Romero, indica que su dimisión se darí­a en los próximos dí­as.

El tamaulipeco llegó a encabezar el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana en 1993, para relevar a Sebastián Guzmán, quien cumplió un breve perí­odo, luego del encarcelamiento de Joaquí­n Hernández Galicia, alias “La Quina”.

En febrero pasado, Romero Deschamps fue denunciado por sus opositores en el STPRM ante la Subprocuradurí­a Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) por delincuencia organizada, lavado de dinero, evasión y defraudación fiscal, además de realizar operaciones con recursos de procedencia ilí­cita por 150 millones de dólares.

De acuerdo con organizaciones como el Sindicato Nacional de Trabajadores de las Empresas Productivas del Estado, Petróleos Mexicanas y la Gran Alianza Petrolera, Romero Deschamps ha recibido montos millonarios equivalentes a 2 por ciento de todos los contratos que firma Pemex con empresas privadas (100,000 mdp), desde el inicio de su gestión al frente del STPRM.

La gestión de Romero Deschamps al frente del sindicato petrolero ha estado envuelto en la polémica, ya que su fortuna no corresponde al salario que percibe.

Apenas en abril, La Secretarí­a de la Función Pública indicó que se puede constatar que Romero Deschamps, lí­der del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), se puede constatar que posee un sueldo de 21,284 pesos brutos, o 17,027.20 pesos netos.

Sin embargo, él y su familia han tenido una vida de lujos. Diversos medios han reportado que Romero posee un reloj valuado en 7 millones de pesos, sus hijos poseen Ferraris exclusivos y viajan alrededor del mundo en aviones privados.

Además, estuvo señalado por el “Pemexgate”, que fue un desví­o millonario de 1,100 millones de pesos desde el sindicato petrolero hacia la campaña presidencia prií­sta de Francisco Labastida Ochoa en el año 2000.

Según Reforma, la Unidad de Investigación Financiera presentó, ante la Fiscalí­a General de la República, 2 denuncias contra Romero Deschamps, una por enriquecimiento ilí­cito y otra por lavado de dinero.

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