De la misma forma que ocurre hoy en día una rebelión en diversos países de América Latina, en México se tuvo una en contra del régimen político tradicional, sin embargo, aquí no ocurrió con enfrentamientos entre ciudadanos y la autoridad como en Chile y Ecuador.
Los mexicanos expresaron su hartazgo a través de las urnas en las elecciones de julio de 2018, en las que Andrés Manuel López Obrador resultó electo como presidente de la República y Morena, el partido político que lo apoyaba, se hizo de la mayoría de los escaños en el Congreso de la Unión y otros puestos de elección popular, consideró Mauricio Merino, coordinador general de la Red por la Rendición de Cuentas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
“Hay un desencanto enormemente extendido en la sociedad que se ha expresado en la búsqueda de una esperanza de cambio que se ha depositado en el presidente López Obrador; no se explicaría el enorme caudal de votos para el entonces candidato López Obrador sin la contraparte de ese desencanto con el régimen de partidos, la violencia, corrupción y desigualdadâ€, afirmó luego de inaugurar el seminario internacional Democracias Capturadas.
Las elecciones de 2018, añadió el académico, dejaron claro que existe un colapso en el régimen tradicional de partidos políticos mexicanos del que aún no se reponen.
Sin embargo, los problemas por los que atraviesa el país como la crisis de inseguridad, la informalidad laboral y el bajo crecimiento económico son el resultado de una incapacidad del Estado para atenderlos.
“(Los disturbios en Culiacán) son la secuela más evidente de lo que no se hizo antes, la captura y debilidad de instituciones es enorme, no tienen capacidad para resolver problemas concretos que se supone que les dan razón de serâ€, advierte Merino.
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Esta “rebelión†de los ciudadanos mexicanos puede tomar otras formas, si el Estado, entendido como la capacidad de hacer valer las reglas del juego y los derechos de la gente, no se enfoca en generar procesos de atención a los problemas inmediatos y básicos de la población.
Y a 11 meses del inicio de la administración de AMLO, no hay señales de que esto esté ocurriendo, alertó Merino.
“No, no es un acto de magia, ni el resultado de un gran liderazgo político como el que sin duda ha tenido el principal líder de la oposición en México, como es hoy AMLO, pero ahora es el presidente de la Repúblicaâ€, mencionó.