La Auditoría Superior de la Federación (ASF) presumió probables daños acumulados al erario por 285 millones de pesos (mdp), derivados de irregularidades en la rehabilitación de dos refinerías de Petróleos Mexicanos (Pemex).
El primer caso corresponde a la refinería Miguel Hidalgo, ubicada en Tula donde ocurriría la rehabilitación y puesta en operación de su planta H-Oil, de acuerdo con sus informes de las auditorías de cumplimiento a inversiones físicas de la subsidiaria Pemex Transformación Industrial (TRI) de 2018.
Los daños correspondientes —cuya raíz fue la falta de supervisión, revisión y control por parte de la residencia de obra de Pemex TRI— fueron estimados en 156 mdp ante la falta de sanciones a contratistas que incumplieron con la terminación de trabajos en tiempo, así como el retraso de la puesta en marcha de la planta, además de avalar un porcentaje de financiamiento a los contratistas ganadores aunque no lo necesitaban.
Con el objetivo de producir gasolina limpia (de Ultra Bajo Azufre), Pemex TRI realizó una licitación abierta que ganaron las empresas Saipem y su filial Saimexicana por 779 millones de pesos para rehabilitar dicha planta, detenida desde 2016, aumentando el importe de la rehabilitación en 30.8% y disminuyendo el plazo de ejecución de los trabajos, originalmente planteados de cinco años a menos de medio año.
“No se cumplió con la programación y presupuestación de los recursos indicados en el análisis costoeficiencia y de la ficha técnica para la rehabilitación y puesta en operación de la planta H-Oilâ€, dictaminó el órgano auditor.
El segundo caso ocurrió en la refinería Ingeniero Héctor R. Lara Sosa en Cadereyta, Nuevo Léon para la rehabilitación y puesta en operación de su planta catalítica número 2.
Los daños corresponden al pago de 30% de anticipo en las ordenes de compra de equipos y servicios, falta de sanciones al contratista por no realizar actividades críticas en tiempo, atrasos en la conclusión total de los trabajos, duplicidad de pagos en insumos, y pagos indebidos por incorrectas deducciones a precios unitarios, cuya raíz fue la falta de control y supervisión de trabajos por parte de Pemex TRI.
Para rehabilitar el complejo industrial y sostener la capacidad de producción de la refinería, a través del mantenimiento de equipos estáticos y dinámicos como convertidor, compresores, cambiadores de calor, torres de absorción, fraccionamiento entre otros, la empresa subisdiaria licitó a Constructora Hostoipaquillo, Grupo Olram y constructores y Proveedores siglo XXI por un monto total de 930 millones de pesos y un plazo de 150 días naturales que finalizarían el 29 de abril de 2018.
“No se cumplió lo previsto en la planeación y programación de los trabajos, toda vez que se pospuso en dos ocasiones el mantenimiento de dicha planta (…) con lo que se puso en riesgo la integridad mecánica de todos los equipos de la planta, así como la del personal que labora en ese centro de trabajo, puesto que los equipos, tuberías y accesorios presentaban un alto grado de deterioroâ€, consideró la ASF en el documento.
La auditoría pidió a Pemex que realice investigaciones y en su caso, un proceso administrativo por las irregularidades de los servidores públicos involucrados en la rehabilitación de las dos refinerías.