Incertidumbre municipal

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Por: Carlos López Arriaga

Cd. Victoria.- En etapa todaví­a temprana, ya es tema la sucesión municipal capitalina, en buena medida por razones que atañen al Partido Acción Nacional.

La crisis del ayuntamiento encabezado por XICOTí‰NCATL GONZíLEZ URESTI representa para los estrategas albiazules un esfuerzo extra.

Las circunstancias han variado y para mal. Hace año y medio la definición del próximo candidato parecí­a encaminada a ratificar al actual.

Que XICO se reelija, como lo hizo ENRIQUE RIVAS CUELLAR en Nuevo Laredo, por citar un historia de éxito bien conocida.

Sin embargo, lo que antes parecí­a una decisión fácil, hoy se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza, jaqueca prolongada para la cual no parece funcionar sedante alguno.

En tiempo relativamente corto, hemos vivido el derrumbe de una imagen pública, la caí­da a plomo en la popularidad del doctor GONZíLEZ URESTI por razones ya explicadas aquí­.

La temeraria propensión al ridí­culo, el persistente humor involuntario, le afectan demasiado. Aunque más todaví­a (debo insistir) la ausencia de resultados, el incumplimiento de aquellas promesas rimbombantes en cuanto a la calidad de los servicios públicos.

¿Qué personalidades podrí­an recoger la estafeta panista, hoy tan cercana a la orfandad en el viejo palacio del 17 Hidalgo?

Entre los cercaní­simos al fiel de la balanza, encabeza la lista el diputado local ARTURO SOTO ALEMíN, quien ya contendió dos veces por dicho cargo, sin éxito.

Cualquiera dirí­a (AMLO entre otros) que “la tercera es la vencida”. Aunque necesario es recordar que doña LYDIA MADERO ya lo intentó tres veces, con el mismo número de derrotas.

Un problema serio para SOTO ALEMíN es que, desde tiempos inmemoriales, los recaudadores de impuestos han sido mal vistos por razones derivadas del del oficio.

Cruel paradoja, se trata de una chamba donde la disciplina, el esmero y el celo en el cumplimiento del deber son inversamente proporcionales a la popularidad.

Y don ARTURO ha sido muy esforzado en ello, acaso demasiado. Gajes del oficio.

Se atraviesa también un problema de autoimagen. No es nada fácil cambiar el afán persecutorio y la mirada inquisitiva por una sonrisa amable, cálida, compasiva.

Puede intentarlo, desde luego. Ejemplo bí­blico, el apóstol PABLO, en sus años como centurión romano, se dedicaba precisamente a eso. Era cobrador de impuestos.

¿Necesitará el señor SOTO que un rayo luminoso lo derribe del caballo mientras la voz del pueblo (voz de Dios) le pregunta: “por qué me persigues”??

En fin, fuera de bromas, ¿quién más suena por el PAN?…

Sin lugar a dudas, la hiperactiva legisladora local PILAR Gí“MEZ LEAL. Joven y aplicada, habrá que observar de cerca sus tareas próximas en el congreso tamaulipeco.

Cierta leyenda urbana asegura que el doctor XICO, tras su primera derrota como independiente, se dejó querer con la versión (fundada o no) de que los chicos de MORENA estaban interesados en sus servicios.

Mire usted, nada menos que el partido del presidente Lí“PEZ OBRADOR.

Razón por la cual, el PAN habrí­a decidido adoptarlo y reciclar su proyecto como gallo propio.

Pero ocurre que, teniendo a la vista el descrédito actual que le rodea y arrastra, fuentes de MORENA desmienten tajantemente que exista algún interés por contratar sus servicios.

Y, bueno, dado el desorden organizativo que priva en el obradorismo tamaulipeco (esa fase larvaria de la que aún no despega ni evoluciona) justo es reconocer que tampoco asoma una definición al respecto.

Ello, salvo el recuerdo remoto de algunos acercamientos con el prií­sta RICARDO RODRíGUEZ MARTíNEZ, joven abogado, con buenos lances de orador, quien llegarí­a prácticamente como un “externo”.

En cuanto al PRI, a falta de cuadros nuevos, acaso la vieja aplanadora quisiera rescatar a un exalcalde.

Cuestión de consultar a ENRIQUE CíRDENAS o ALEJANDRO ETIENNE, porque (la verdad sea dicha) no hay mucho de dónde escoger.

De los anteriores, resultan de plano impresentables los señores GONZíLEZ SALUM, DIEZ GUTIERREZ o VILLANUEVA PERALES. De ingratos recuerdos, los tres.

Y preguntar, de paso, a OSCAR ALMARAZ SMER si tiene ánimos de presentar batalla nuevamente, sobre todo si recordamos lo golpeado que salió de la anterior.

En cuanto a la diputada federal MARIANA RODRíGUEZ, su cercaní­a inmediata con la familia HERNíNDEZ FLORES representarí­a (¿alguien lo duda?) un poderoso hándicap en su contra.

Por supuesto, lo que más nos gustarí­a es una competencia real entre proyectos de trabajo y no un duelo de personalidades.

No se concursa para rey feo ni para reina de la primavera.

La urgencia esencial, la médula del caso, es quién tendrí­a el conocimiento y las capacidades, la determinación y la claridad de propósitos, para sacar al buey de la barranca.

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