Estamos condenados…

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CENA DE NEGROS

Marco A. Vázquez

 

Lo que difundieron las redes sociales durante el sábado y domingo es para preocuparnos y en serio.

En un video se ven decenas de personas en un rí­o, en otros los tianguis a reventar, con personas de todas las edades y la mayorí­a sin cubrebocas, es más, sin tomar las medias mí­nimas de higiene para evitar contaminarse del coronavirus llamado COVID19.

No es todo, por necesidad el sábado poco después de mediodí­a me tocó transitar por los alrededores del mercado Argí¼elles de la capital tamaulipeca y lo que se observa es, lamentablemente, cientos, quizá miles de personas en las compras, también sin cubrebocas, igual sin medidas de higiene que les permitan evitar contagios o contagiar a otros.

Igual hay que decir que hubo cosas buenas, en Palmillas, en el lugar conocido como El Salto, la policí­a actúo rápido y regresó a varias familias a sus casas ya que andaban en ese paseo turí­stico sin acatar las medidas sanitarias impuestas dentro de la nueva normalidad.

Para desgracia de todos, lo que se observa en Victoria ocurre en los 43 municipios de Tamaulipas y los 32 Estados de la República, da la impresión de que la gente no entiende de que trata lo que es la reapertura económica con sana distancia y cree que ya se acabó el problema o, peor aún, que de plano considera nunca existió el virus, que la pandemia es un invento de las grandes potencias económicas para mantenernos encerrados en la casa y empobrecernos.

Por eso podemos observar que los números de infectados en todo México van al alza, entre la raza no se ha comprendido lo que es la nueva normalidad o de plano nos hemos convertido en suicidas y la gente está en las calles al grito de sálvese quien pueda, nomás para ver quien cae primero.

Claro es que más de cien dí­as en casa afectan a cualquier, nos pueden volver locos, más cuando no estamos acostumbrados a platicar con hermanos, hermanas, los padres, en muchos casos ni con los hijos y menos con las compañeros o compañeros de vida, quizá eso sea lo más doloroso, cuando nos encerraron no entendimos la bendita posibilidad que tení­amos de restaurar relaciones familiares, de comprender muchas acciones, de lo mal que estamos al interior de las familias, quizá hasta que podí­amos corregir un poco lo que está pasando en la calle que se manifiesta con muertes, asesinatos, violencia y nos aislamos completamente en casa, por eso nos afecta mucho el encierro, no sabemos qué hacer con los nuestros, no tenemos con quien hablar.

Los números, otra vez desgraciadamente, nos indican que lejos de tratar de hacer mejor nuestra relación con las personas cercanas se acudió a la violencia en el hogar, las denuncias a los teléfonos de emergencia detallan un crecimiento muy alto para este tipo de denuncias.

No, tampoco las autoridades entendieron, tampoco aprovecharon la situación de soledad en las calles para tratar de corregir lo malo que pasaba en las mismas, al contrario, no hicieron nada o lo que hací­an era mal hecho al grado de que los asesinatos, las ejecuciones, secuestros y demás delitos se siguieron incrementando, otra vez, ahí­ están los propios datos oficiales.

Y si, en lo único que coincidimos pueblo y gobiernos es en que tratamos de hacernos tontos solos, a nivel nacional se apuntan como un gran éxito que muchos delitos han bajado drásticamente como es el robo en todas sus modalidades cuando lo único que ha pasado es que la gente ahora está en casa y ya serí­a mucho descaro que los ladrones pudieran intentar saquearlas como se acostumbra cuando todos trabajan; mientras que la gente de a pie sigue creyendo que es mala suerte contaminarse, que nunca nos puede pasar por la simple y sencilla razón de que no conocemos a nadie que esté padeciendo el coronavirus y salimos a la calle diciéndonos que no pasa nada como si con ellos nos vacunáramos.

Vaya pues, por la gran cantidad de personas que andan en la calle no se sorprenda que los números de contagios todos los dí­as vayan para arriba, cada vez anda más gente fuera de casa sin necesidad alguna, digo, ni modo que usted vea como indispensable que sus hijos de cinco o seis años o sus abuelitos los acompañen a comprar la despensa, así­ es, nomás los arriesga.

Vaya, es aceptable creer que la gente se está volviendo loca, por decirlo de alguna manera, en el encierro, pero más vale quedarse en casa que correr el riesgo de infectarlos y que mueran nomás por la necedad de no esperar unos dí­as más, allá cuando todo sea más seguro o, por lo menos, ponerles el cubrebocas y limpiarlos con algún lí­quido con alcohol constantemente.

Así­ es, estamos condenados a desaparecer como especie y todo por la necedad de salir a la calle, de verdad, cuí­dese, cuide a su mamá, a su papá, a sus abuelitos, entienda que si a usted no le pasarí­a mucho si se infecta de COVID19 quizá a ellos, si usted les lleva el virus, si los mate.

En otras cosas… La técnica de construcción “Tierra Vertida” no es un boom, ni una moda, es una manera de ser benignos con el planeta, aseguró la Dra. Yolanda Guadalupe Aranda Jiménez, investigadora de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) en la conferencia: “Tierra Vertida, una técnica olvidada”, presentada en la Red Iberoamericana ProTerra.

La experta de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UAT, disertó el tema por videoconferencia a sedes de Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, Argentina, Uruguay, El Salvador, España y México, donde explicó que la técnica arquitectónica milenaria, es una de las soluciones sustentables para la construcción.

Refirió que además de amigable con la naturaleza, “Tierra Vertida” es una opción de construcción en comunidades marginadas de los diferentes paí­ses de Latinoamérica.

“Es muy importante que los estudiantes sepan que hay otras alternativas para construir, es bien importante saber que no todo es cemento, y que la mayorí­a de los materiales convencionales producen una gran cantidad de CO2, más los escombros que se generan”.

“De igual manera la energí­a que se incorpora a cada uno de los edificios o que la necesita cada material de construcción como el yeso, el concreto, el acero, el aluminio, la cantidad de energí­a que consumen es tremenda”, subrayó.

Explicó que lleva más de 10 años trabajando e investigando “la tierra vertida”, que también es considerada un suelo en forma de lodo lí­quido, pero conteniendo agregados arenosos, incluso hasta el punto de grava y que puede desempeñar la misma función que el concreto magro.

Cada ciudadano que no porta cubrebocas puede contagiar a otras personas si es un paciente asintomático de Covid-19, por lo que el presidente municipal Enrique Rivas mantiene el exhorto de utilizar la mascarilla al destacar que las medidas preventivas se han relajado entre la población, y la tasa de contagios va al alza diariamente, por lo que se han intensificado las acciones para concientizar a los ciudadanos de la importancia de utilizar el cubrebocas, mantener la sana distancia y el lavado continuo de manos.

“Sigo viendo mucha gente que anda en la calle sin el cubrebocas. El exhorto es a protegerse para proteger a los demás y así­ hacerle frente al coronavirus todos unidos, es responsabilidad de todos”, dijo el presidente.

Entre las acciones implementadas por el gobierno municipal para concientizar a la ciudadaní­a, son los recorridos que realizan elementos de Protección Civil en lugares públicos de ejercitación, en donde orientan a los deportistas y los invitan a aplicar las medidas preventivas al mismo tiempo que proporcionan los cubrebocas a quienes no los portan. También se entregaron en las estaciones de Bomberos, kits sanitizantes con cubrebocas, gel antibacterial y jabón para manos.

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