Politico: Amado, Temido u Odiado

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DESDE ESTA ESQUINA.

MELITON GUEVARA CASTILLO.

Los eventos, muy significativos y relevantes de esta semana, me llevan a recordar los consejos que Nicolás Maquiavelo da a los gobernantes: que tienen que buscar ser amados, por el pueblo, por decir, no imponiéndoles nuevos impuestos; y que deben ser temidos por sus enemigos, haciéndoles notar que, en cualquier momento, los pueden destruir… pero también, hoy en dí­a, encuentra que el polí­tico puede ser odiado.

Son dos los hechos a que hago referencia: uno, la detención de Cesar J. Duarte, exgobernador de Chihuahua, acción que desencadeno entre la población una alegrí­a inmensa que se manifestó en una caravana automovilista y en los memes de “Rock en la cárcel”. Claro, los gobernantes y hechos son muchos, pero la cuestión es esa, los consejos de Maquiavelo, la acción gubernamental y el comportamiento de la sociedad.

EJERCER EL PODER.

El polí­tico sufre una transformación de acuerdo a las circunstancias: cuando está en campaña, el propósito es sumar, así­ que no se puede pelear con todo mundo, lo importante es ganar; ya ejerciendo el poder, es otra cosa. Se tiene que trabajar para conservar el poder y, si es posible, acrecentarlo; aquí­, la cuestión, de todos modos, ganar adeptos y destruir a los enemigos. Ahí­ es donde entra, eso de ser amado por el pueblo y ser temido por los enemigos.

En este sentido, observando al Presidente AMLO, creo que está siguiendo al pie de la letra los consejos maquiavélicos: está buscando que el pueblo, masa poblacional, lo ame; es el propósito de todos sus programas sociales, que pretenden apuntalar a los mas pobres, a los desposeí­dos, que sin duda estarán comprometidos con su gobierno.

DESTRUIR A LOS ENEMIGOS.

¿Es temido el Presidente AMLO? Creo que el mismo se ha encargado de hacer la distinción cuando polariza y divide a los mexicanos en dos núcleos: los que apoyan la 4T y los que están en su contra. Explica que están en contra, aquellos que ven lastimados sus intereses y privilegios, las prebendas que el gobierno neoliberal les concedí­a. Así­, poco a poco, avanza el combate a la corrupción: la extradición de Lozoya, la detención de Cesar J. Duarte, entre otras cosas.

Con la ley en la mano y con hechos es como se cambian las cosas. Y es lo que está haciendo AMLO: siguiendo la lí­nea del dinero y de los impuestos está logrando que las grandes empresas, asuman su responsabilidad. Y ese ejemplo, en la práctica, tiene que ser el factor que genere esa actitud. Así­, en cierta medida, los neoliberales, enemigos de la 4T, saben a qué le tiran. El riesgo, en cierta medida, es que no haya crecimiento y los hechos pueden dar la razón a los enemigos de la 4T: que haya más pobres.

EL ODIO DEL PUEBLO.

¿Cómo explicar el triunfo de la 4T? Una de las teorí­as parte del supuesto que el pueblo, hastiado, prácticamente odiaba a Enrique Peña Nieto, como el emblema máximo de la corrupción. La detención de Cesar J. Duarte, que de vender carros usados tiene en propiedad 50 mansiones y departamentos en los Estados Unidos. El 1 de diciembre de 2012 EPN se tomó fotografí­a con los gobernadores y sentencio que era una nueva generación de polí­ticos; de esos, 10 han sido acusados, detenidos, por corruptos. Esa fue, sin duda, la generación más corrupta.

Así­, es como en Chihuahua, la detención de Duarte fue una fiesta. Fue toda una lucha legal que lo obligo, inicialmente, a huir a los Estados Unidos y el dí­a que AMLO se reunió con TRUMP, un poco antes de la cena protocolaria se dio el aviso de su detención: no le concedieron la libertad bajo fianza porque su detención es con fines de extradición. Y el pueblo, feliz, manifestó su alegrí­a por la detención y le dedicaron el “Rock en la cárcel”, por su afición a bailar… el pueblo no lo ama, ni le teme, lo odia.

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