Carlitos y Huguin

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Desde Esta Esquina.

Por: Melitón Guevara Castillo.

Hoy quiero hacer a un lado escribir del covid-19. Lo hare de Carlitos y Huguin, el primero adolescente que culmina su secundaria y de Huguin, que termina el bachillerato. Aunque hay una distancia entre ellos, enfrenta tomar una decisión: definir la vocación de su estudio profesional. En el caso de Carlitos, el próximo año iniciara a estudiar la preparatoria; en tanto que Huguin, si todo sale bien, iniciara a estudiar “Ingenierí­a en Energí­as Renovables”.

A mis alumnos en la UAT, cuando pude, les hice notar la importancia de tomar decisiones: una de ellas, precisamente los estudios profesionales. Porque con ellos visualizan en su futuro la forma en que van a crecer en una familia, dar el sustento a sus hijos… y, claro, establecer las condiciones para una vida digna y decorosa.

ELEGIR UNA CARRERA.

La experiencia y la teorí­a nos dice que hay algunas formas de elegir la carrera profesional. La mas directa, digamos simple, es seguir los pasos del papa: por eso, en algunas familias, hay abogados o arquitectos o doctores. Es la imitación, pues, porque ven al papa como una especie de í­dolo o de imagen. Claro, esto no es general, porque hay otra forma, que esta fuera del ámbito familiar. Y es el caso de la admiración o respeto sobre algunas actividades.

Por eso, de niño, cuando se pregunta ¿Qué vas a ser de grande?, las respuestas son variadas: unos dirán que bombero, otros que policí­as o astronautas. Pero esto no nace, vaya pues, en la familia; nace en la medida que el joven, lee, se informa, conoce y se va interiorizando en las distintas profesiones de que se disponen, sea a nivel local o nacional.

NO QUIERO SER MAESTRA.

Un error de los padres es buscar imponer a sus hijos lo que deben estudiar. Al respecto hay historias. Una de ellas la conto Octavio Herrera Pérez en la Facultad de Derecho. Sus padres querí­an un doctor en la familia, no tuvo opción, así­ que estudio medicina, hizo internado, su servicio social y se tituló. Pero ese dí­a, cuenta, quemo su nave y fue al Museo Casamata a pedir un trabajo, el deseaba ser historiador y ahora, sin duda, es un prestigiado y reconocido historiador.

Como coordinador de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación conocí­ el caso de una joven. Hizo sus primeros dos semestres en Ciencias de la Educación. Me dijo: no quiero ser maestra, mi mama quiere que sea maestra para heredarme la plaza. Quiero estudiar Comunicación…como traí­a puros dieces el director no le puso obstáculo… término la carrera, significa que su mama se convenció. Pero, me dijo: si se enoja, lo más que puede hacer es correrme de la casa… Correré el riesgo, sentencio.

CARLITOS Y HUGUIN.

Carlitos es hijo de Javier Londoño (ecuatoriano) y de Ericka Cruz (victorense). Se distingue por ser un alumno de excelencia; lo fue en la primaria y continua en la secundaria. Termina este año y debe iniciar la preparatoria: sus opciones son múltiples, pero en la práctica admite que aún no visualiza su interés vocacional. Sea que entre a un Cebetis o a una preparatoria, ya debe de poseer un mí­nimo de interés profesional, porque es, a partir de él, como el interés crece y se consolida dí­a a dí­a.

Huguin es mi ahijado, hijo de Hugo Alonso y de Celina Garcí­a, originario de El Roble. Ya culmina su preparatoria y su interés vocacional tuvo dos alternativas: Ciencias Ambientales (UAT) o Energí­as Renovables (Tec). Con mi ahijado he tenido más conversaciones y, desde un principio, manifestó su interés vocacional. Ahora hace el curso propedéutico (en lí­nea) y espero que apruebe el examen de admisión (ceneval) que será en agosto.

HACER LO QUE ME GUSTA.

Un dí­a, hace tiempo, tuve la oportunidad de compartir un viaje a Saltillo con Catón, el de Polí­tica y cosas peores. En la conversación, de pronto, caí­mos en las profesiones y en el trabajo. Me dijo: lo más bonito que a uno le puede pasar, es que hagas lo que te guste y además te paguen. Efectivamente, ese es un excelente escenario para cualquiera. Así­ es como se puede alcanzar el éxito y la felicidad…. Yo querí­a estudiar periodismo, termine Administración Pública y fui feliz dando clases y escribiendo “Desde esta esquina”, al final hice periodismo.

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