Desde Esta Esquina.
Meliton Guevara Castillo.
La novedad en la política nacional la dio el Presidente Andrés Manuel López Obrador cuando, de manera sorpresiva, anuncia que efectivamente es tiempo, valido, revisar el Pacto Federal, ese que enarbolo el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca y que, a la postre, es una bandera de 9 gobernadores. Piden, demandan, una mejor redistribución de la riqueza.
La cuestión es añeja: desde el siglo pasado presidentes como Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo utilizaron esa bandera en su campaña política electoral y durante su gobierno. Era ofrecer a la sociedad mexicana una nueva ventana de cómo hacer justicia y que la riqueza nacional llegue a toda, o a casi toda, la población.
CENTRALISMO ECONOMICO.
La queja de gobernadores y presidentes municipales, desde el siglo pasado, era solo una: que al federación, en la práctica, se queda con el 80 por ciento de los ingresos nacionales; que a los estados, si bien les iba, les tocaba solo 17 centavos de cada peso y, a los municipios, solo 3. El municipio pobre, fue una de las banderas de Miguel de la Madrid, para hablar del fortalecimiento municipal.
Y esa ha sido, desde un principio, la bandera del gobernador para reclamar a la federación mayor participación en el presupuesto. Alega el gobernador que Tamaulipas aporta en IVA y en IEPS, impuestos federales, más que Jalisco y Nuevo León; que estamos solo debajo de CdMx, que por la entidad se mueve el 40% del comercio internacional.. Por eso, pide a la Federación, reciprocidad, que envié más participaciones, más dinero.
AMLO CENTRALISTA.
No sé qué movió a AMLO a señalar que es una demanda legítima de los gobernadores analizar el pacto fiscal. Tiene razón, es algo por lo que se ha luchado desde otros sexenios, incluso del siglo pasado. Pero choca, esa postura, con la que el Presidente ha manifestado, o evidenciado, en algunos renglones de la administración pública: basta solo mencionar una, la del sector salud, que de entrada implemento una centralización, tal y como lo ha realizado en otras áreas: para supeditar a estados y municipios a la federación.
Entiendo, eso sí, que la nueva actitud de AMLO sea un instrumento para neutralizar un poco el ruido que los gobernadores le hacen a la 4T con la cuestión fiscal. Se acercan las elecciones y los gobernadores, sobre todos los panistas, no quitan un pie del renglón: la federación, acusan, no reparte de manera justa y equitativa los recursos. En respuesta AMLO ha dicho que, conforme a la ley, mes tras mes se los entrega… de ahí, pues, la revisión del pacto fiscal.
CORRUPCION Y MAL USO DEL DINERO.
El centralismo económico siempre ha acusado, tanto a entidades federativas como municipales, que no cuentan con los recursos técnicos y administrativos para implementar el gasto público. A ello, se agrega, el problema de la corrupción: que el dinero que envía la federación se gasta, pero no se comprueba o se desvía. Recuerden el caso de Javier Duarte que, en su cinismo, hasta dictaba
decretos para re etiquetar los recursos de la federación y, cosa rara, la federación nunca se lo recrimino, así que robo, robo y robo.
La cuestión, en todo caso, fue de complicidades. Las instancias federales de supervisión, como la Función Publica o la Auditoria Superior de la Federación, no han sido, digamos, exigentes, para hacer que se cumpla con la ley. Hoy con AMLO, por ejemplo, se ha dicho que buena parte de los gobernadores han usado facturas falsas para justificar y comprobar gastos de las participaciones federales, como de las inversiones del mismo rubro
EL NUEVO PACTO FISCAL.
Los gobernadores quieren más dinero, es como bien dice AMLO, una petición legitima. La cuestión es, solo una, que tienen fama de corruptos y combatir a la corrupción es una de las banderas de la 4T. Así que, veremos cómo se hace la negociación: AMLO tiene instrumentos para defender su postura; los gobernadores, digamos, solo la necesidad de la gente y su ambición económica.