El mejor estudiante

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DESDE ESTA ESQUINA.

MELITON GUEVARA CASTILLO.

14.08.2020.

Esta semana fue de ir y venir, de prender la computadora, de revisar claves y contraseñas, de padres de familia como de las autoridades educativas: es el regreso a clases que inicia con la reinscripción e inscripción. Fue, a todas luces, diferente a la de años anteriores: los mismos problemas, la falta de dinero; las mismas quejas, condicionamiento de la inscripción… y, ahora aún más, padres de familia sin dinero.

 

La imagen es cí­clica: sucede todos los años, al inicio del ciclo escolar. Momento en que, unos y otros padres de familia, no encuentran la salida por los costo, los gastos y las peripecias que tienen que hacer para salir adelante. El covid-19, solo cambio algunos elementos del escenario, acentuó otros y, en ciertos casos, hacen mas complicado el regreso a clases.

 

INSCRIPCIONES CONDICIONADAS.

La educación, siempre nos repitan, es gratuita. Pese a ello, en prácticamente todas las escuelas, los padres de familia tienen que pagar una cuota: que es voluntaria y la demanda la sociedad de padres de familia. Cuota que, de manera formal, se utiliza para que los padres de familia apoyen con recursos a la institución. En esta ocasión, como las clases son virtuales, los padres pensaron, imaginaron, que nos cobrarí­an tal cuota.

 

Se llevaron una tremenda sorpresa: como no hay reuniones virtuales, por grupos en las redes sociales, se les informo del pago de la cuota, de los dí­as y horarios para el trámite correspondiente. Se dio el caso, en la secundaria federal No. 1, que el pago de la cuota se hizo condicionado: si no pagaban, tan simple como que no les entregan el paquete de los libros gratuitos. Las quejas, sin embargo, como años anteriores, no fueron más allá de manifestaciones individuales.

 

EDUCACION VIRTUAL.

Cada vez que inicia un ciclo escolar las papelerí­as y tiendas de conveniencia hacen su gran negocio. Cada alumno recibí­a, según el grado de inscripción, una lista de materiales así­ como requerimientos de uniformes. Ahora reciben libros y, la preocupación es otra: como las clases serán virtuales, para el caso de Tamaulipas por televisión y por internet. No es lo mismo comprar cuadernos que una televisión o una computadora.

 

El problema de los padres de familia va en razón proporcional al número de hijos. No es lo mismo, por decir, tener un hijo, dos o tres. Si los hijos van, uno a primaria y otro a secundaria y tendrán clases a la misma hora, requerirán dos televisiones o dos computadoras. El gasto, indudablemente, que es mayor a solo comprar cuadernos y lápices. Así­ que, por lo mismo, el regreso a clases con todo y que sea virtual, no deja de ser un viacrucis para los padres de familia.

 

NO PUEDEN PLANEAR.

Cuando fui Coordinador de una carrera universitaria un funcionario me llamo para pedir una prórroga del pago de la inscripción de su hijo. Recuerdo que le contesto: eres funcionario universitario, sabes de los plazos para las inscripciones, acaso no planeas el gasto de tu hijo. Me

dijo: si, sabí­a que tení­a que pagar su inscripción, pero el dinero no me alcanza. Estoy convencido de que, precisamente, es el caso de buena parte de los padres de familia.

 

No pueden planear, aunque sean gastos casi fijos, porque el sueldo no es suficiente; o si es suficiente, no se gasta de manera ordenada el ingreso familiar. Y en lo personal, me da coraje, impotencia, enterarme que alguien no puede seguir estudiando porque no tiene dinero: consecuencia, dirí­a AMLO, de las polí­ticas económicas neoliberales.

 

EL MEJOR ESTUDIANTE.

Di clases en la Preparatoria Torres Bodet. Al finalizar el curso, felicite al joven que habí­a concluido con honores: el primer lugar en aprovechamieno y, sin querer queriendo, le pregunte: ¿Qué carrera vas a estudiar? Ninguna, profre, me contesto: “no tengo para pagar la Universidad”.

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