DEBATE DEL EFECTO DE LA POLARIZACIÓN EN MÉXICO
Jorge A. Lera Mejía
La polarización en la política de los tiempos modernos, está orillando a las sociedades occidentales a una pérdida del avance de la democracia.
Un ejemplo de divisionismo polarizante, hoy se vive en México con la forma de gobernar y comunicarse del presidente Andrés Manuel López Obrador. Cada mañana, sin excepción, el presidente se ocupa de denostar, polarizar y pelear con los que dice son sus adversarios políticos. Los conservadores neoliberales. Incluso cada ves abre más el abanico de dichos enemigos, peleando igual contra empresarios, intelectuales, iglesias, clases medias, y políticos de la oposición.
En política, polarización es el fenómeno por el cual la opinión pública se divide en dos extremos opuestos. También se refiere a las facciones extremas de un partido político que ganan espacio o apoyo dentro del mismo.
En general, cuando hablamos de polarización nos referimos a diferencias que se vuelven oposiciones porque se manifiestan como conflictos; conflictos más o menos intensos.
Se considera que la sociedad está polarizada cuando posee grupos que están en tensión, existiendo así un potencial de conflicto que se expresa en distintos grados a través de manifestaciones, disturbios, enfrentamientos, y en el extremo en la literatura, en guerra civil.
Para Javier García Arenas (2019) «El grado de polarización política de una sociedad es una variable clave, que cuantifica hasta qué punto la opinión pública se divide en dos extremos opuestos. Tenerlo en cuenta es muy relevante: a mayor polarización, más difícil resulta generar consensos amplios entre grupos con sensibilidades distintas para acometer reformas profundas que permitan que la sociedad avance. De este modo, una polarización elevada puede dar lugar a posiciones irreconciliables, lo que dificulta la posibilidad de alcanzar acuerdos».
La polarización promovida por el gobierno del republicano Donald Trump, ha llevado a la democracia norteamericana a un tiempo de retroceso social. Lo mismo sucede ahora con la mayoría de países europeos. Incluso el manejo de la pandemia del covid y la aceptación o no de las vacunas, tiene hoy enfrentados a los italianos y franceses entre los que la aprueban y los que la rechazan. Este ingrediente en salud pública, ha derivado aún en más polarización y divisiones entre clases, no necesariamente entre pobres y ricos, o conservadores y liberales, lo que ha complicado este signo de los tiempos modernos.
A manera de conclusión, la política del «divide y venceras» está en boga, destacando la elevada polarización política. Se trata por ende, de un fenómeno que se ha incubado poco a poco y que es una realidad asentada que no tiene visos de desvanecerse a corto plazo.
La mayor polarización puede incrementar el interés y compromiso de muchos ciudadanos con la política, pero también puede dificultar que se alcancen los consensos necesarios para llevar a cabo reformas estructurales.
Este fenómeno está insuficientemente estudiado y comprendido, sin ánimo de contradecir y adelantar vísperas si apoyará o perjudicará a las democracias modernas, mientras deberemos indagar a más profundidad si en México abreva para mejorar la vida misma y el desarrollo de la economía y el futuro.
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