DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
16.02.2022.
¿Qué está sucediendo en la contienda político-electoral rumbo al 5 de junio? El cambio, o sucesión gubernamental, siempre llama la atención: las decisiones y acciones del gobernante son, invariablemente, acciones que inciden en la vida pública de todos los habitantes de la entidad. Basta revisar, por decir, la actuación del actual gobierno: y resulta que, algunos sectores de la población, o algunos municipios, si más, se declaran lejos del amor del gobernante.
Así, en este contexto, es como al menos dos personas ya están en lucha por la silla gubernamental: Américo Villarreal Anaya y Cesar Verástegui; en este sentido, lo único que se conoce es lo que la prensa y redes sociales difunden de cada uno; información en buena parte sesgada, porque los mensajeros no actúan con objetividad o responden al impulso que aplican los operadores político de uno u otro. Así, por decir, las encuestas dan, unas hacen vencedor a uno u a otro, y otras en un empate técnico.
LA DIFERENCIA.
En la práctica van apareciendo diferencias entre uno u otro. Por un lado aparece Américo como un junior, que le debe a su padre la herencia de un apellido y de una forma de vida; por el otro, que Cesar no nació en cuna de seda y que es el resultado de una cultura de esfuerzo. En el ámbito político, que Américo tuvo como senador su primera inclusión en el mundo de la política; que Cesar, en cambio, ha sido Presidente Municipal, Diputado, líder partidista y Secretario General de Gobierno. En este contexto, el negativo de Cesar, es la percepción que puede ser más de lo mismo, puesto que aún no hay un deslinde del cabecismo.
Hay, o se nota, una diferencia más, que efectivamente, puede ser la diferencia: tras el proceso de selección interna en MORENA, no se ha difundido públicamente que Américo haya tenido acercamiento, control de daños le llaman, con quienes fueron sus más cercanos adversarios. Se difunden, en cambio, pleitos internos; por su parte, Cesar hace gala de ir en busca de adversarios para convertirlos en sus seguidores, patrocinadores u operadores políticos. El liderazgo, siempre, tiene que marcar un rumbo y mostrar unidad; Américo deja hacer y pasar, nadie pone orden; Cesar, busca e integra a su equipo.
EL IMAGINARIO COLECTIVO.
Tamaulipas vive un imaginario colectivo que nace de la opinión pública. En principio, a partir de hace tres años, el imaginario es que MORENA tiene todo para ganar la gubernatura; la marca MORENA se impone en la percepción de la opinión pública; al grado de llegar a indicar que el triunfo se garantiza con cualquier candidato. Se registraron 38 aspirantes y al final, el ungido, fue Américo Villarreal; a quien, ese imaginario tiene dos imágenes: que no toma decisiones y va perdiendo terreno, otro, está convencido de que va a ganar.
La oposición se integró en una coalición: PAN, PRI y PRD. Y desde un principio, en contraparte al imaginario de MORENA, se da por sentado que va a perder. Así, dentro del PAN, el partido en el poder, se acomodan las fuerzas y se forja la candidatura de Cesar Verástegui. Con eventos masivos construye un imaginario de fuerza, de que va creciendo; que se fortalece con las acciones de Cesar, uniendo e integrando a opositores, incluso del gobernador. Así en el imaginario de las encuestas, va subiendo puntos y al final, la encuesta –muy cuestionada-, de El Financiero le da un empate técnico: y aparece la expresión de que, caballo que alcanza, gana.
FACTORES DEL DESEMPATE.
MORENA y su candidato está convencida de que tienen el triunfo en la bolsa; La coalición PAN-PRI-PRD estáconvencida de que pueden triunfar, hacen notar que en la elección pasada la diferencia fueron 40 mil votos y que ahora, con la coalición y mucho trabajo pueden remontar. La verdad es que, en campaña, es difícil conocer la realidad: la estructura, los recursos disponibles, la eficiencia y eficacia en el trabajo político, amén de un buen candidato, pueden hacer la diferencia.
Así, podemos quedarnos con el empate técnico, y que la victoria será el resultado de la campaña electoral.