LA GUERRA DEL AGUA EN EL NORESTE DE MÉXICO»

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Dr. Jorge A. Lera Mejía

El pasado 16 de febrero, en reunión celebrada en Reynosa, Tamaulipas, el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, planteó que ese estado reiterará la búsqueda de llevar agua del río Pánuco a su zona metropolitana; tratando de justificar su atrevimiento, ante la tradicional intentona de ese estado sobre los recursos hídricos que pertenecen a San Luis Potosí, Veracruz y Tamaulipas en la zona de influencia del Pánuco, citó que dicho proyecto tendría la anuencia de los estados de Tamaulipas y Coahuila, ya que intentó justificar, que la infraestructura traería beneficios a los tres estados del noreste.

Por ello, habló que el macro proyecto sería con una inversión tripartita, con la posible participación de Coahuila y Tamaulipas, que también podrán resolver y beneficiarse para disponer el vital líquido en los próximos años, ante la reiterada sequía.

Al celebrarse en Reynosa, la segunda reunión de mandatarios de la región noreste, con la presencia del embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, Samuel García propuso la creación de una mesa regional para abordar un programa hidráulico concreto, con estrategias operativas y financieras que permitan ejecutar, en el corto plazo, acciones del Plan Hídrico Regional Cuenca del Río Bravo y con uso de aguas del Río Pánuco.

La propuesta citada, recuerda el Plan Hídrico Monterrey VI, que presentó anteriormente el ex gobernador Rodrigo Medina para traer agua del Pánuco, en San Luis Potosí, con un ducto de 380 kilómetros, que pasaría por Veracruz y Tamaulipas, para llegar hasta Nuevo León, un proyecto que fue desechado por costoso y opaco.

No debemos los tamaulipecos olvidar las anteriores afrentas que otros gobiernos de Nuevo León realizaron, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, siendo gobernador de Tamaulipas, Manuel Cavazos Lerma, con la construcción de la Presa «El Cuchillo», que avasalló aguas del Bajo Río San Juan para riego agrícola, previamente concesionado a los agricultores del norte de Tamaulipas.

Desde inicios del año 2000, dicho embalse «El Cuchillo», ha tenido sendos conflictos entre el uso del agua concesionada para uso urbano de Monterrey, afectando los riegos de auxilio de más de 200 mil hectáreas del norte de Tamaulipas. El más reciente conflicto, fue en octubre del 2018, cuándo se llevó a cabo la entrega anual de agua del río San Juan de Nuevo León a Tamaulipas, entre la presa El Cuchillo y la Marte R. Gómez. Ese año estuvo precedida por la intención de Nuevo León de no realizarla a causa de la sequía y el temor a una falta de abastecimiento urbano. Este conflicto ya se ha dado en otras ocasiones, así como conflictos similares también se han dado por la entrega de agua del río Bravo de México a Estados Unidos.

Por esa histórica demanda del agua reservada desde los años 40’s para el uso del norte de Tamaulipas, los tamaulipecos tenemos varias demandas ante la Conagua, desde que en 1994 se inauguró la presa “El Cuchillo”, ubicada en el cauce del río San Juan, en el municipio de China, Nuevo León. La capacidad del embalse es de 1,123 hm3, y su función principal es el abastecimiento de agua potable al Área Metropolitana de Monterrey. Dado que el río San Juan es la fuente principal de agua para el Distrito de Riego 026-Bajo San Juan (DR026), en Tamaulipas, la construcción de la presa y la derivación de su agua a Monterrey fue causa de muchos conflictos entre los estados de Nuevo León y Tamaulipas.

HISTORIA PRESENTE:

Los tamaulipecos,  no debemos soslayar lo aquí citado, cuando ahora vemos al nuevo gobernador de Nuevo León, retomar ese viejo anhelo de tomar recursos que no le pertenecen, en esta ocasión, buscando las aguas más al sur de Tamaulipas, en la afluencia del Río Pánuco.

Esas aguas nacionales -de beneficio directo para los tamaulipecos- aunque digan que darán beneficio a los otros dos estados norestenses, todos sabemos que la meta es abastecer la ciudad más grande y poblada de la zona, no solo para uso urbano y de la población de las zonas conurbada de Monterrey, si no también para una gran demanda de uso industrial, comercial, y agropecuaria del centro sur de Nuevo León.

Sin olvidar el uso que los regios pretenden, para alimentar el agua del Paseo Santa Lucía y para rellenar algunas otras presas, más de uso recreativo que productivo, como la ahora seca Presa de «La Boca», que solo registra un 20% de su capacidad.

Tamaulipas no debe ser convencido, con la justificación que parte de esas aguas que llegarán a Nuevo León, serán compartidas con los tamaulipecos y coahuilenses, ya esa historia la vivimos a fines del siglo pasado con la Presa «El Cuchillo».

Además de la opinión de los estados de Tamaulipas y Coahuila, se tienen que consensuar los puntos de vista de Veracruz y San Luis  Potosí, al igual que las normativas de las dependencias federales, que son las que regulan estos recursos, como son: CONAGUA, SAGARPA, SEDATU, y otras, como las Comapas municipales.

Por último, no debemos olvidar que la Federación ha estado abandonando este tipo de proyectos hidráulicos para Tamaulipas, que desde hace muchos años no apoyan para ampliación y mantenimiento de innumerables presas del estado.

Principalmente, no debemos dejar de lado, que desde hace más de 20 años, los victorenses demandamos el apoyo federal para construir el anhelado segundo acueducto de la Presa Vicente Guerrero, que vendría a resolver la grave crisis de agua que en los últimos años sufrimos en la capital del estado.

Este año, no se autorizaron los mil millones de pesos que se han estado solicitando para el arranque de dicha obra prioritaria…

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