Moscú. Ahora sí la cuerda ya no pudo estirarse más: el presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó anoche el decreto que reconoce la independencia de las repúblicas populares de Donietsk y Lugansk, que ocupan sólo parte de las regiones ucranias homónimas, llevando la confrontación con Ucrania, Estados Unidos y la OTAN al máximo nivel de tensión al ordenar, también, que las tropas rusas ingresen en esos territorios en “misión de mantenimiento de la paz”.
Con esta decisión –aunque por simple formalidad para entrar en vigor aún tiene que ser ratificada por la Duma (Cámara de Diputados) y el Consejo de la Federación (Senado)–, el Kremlin dio por terminado el proceso de negociación de un arreglo político en el este de Ucrania durante los ocho años recientes, sellando la defunción de los Acuerdos de Minsk, que no se pudieron cumplir por discrepancias insalvables.
Según esos compromisos firmados, en el llamado formato de Normandía, por Rusia y Ucrania, así como Alemania y Francia como mediadores, Moscú aceptaba que las zonas que no se supeditan a Kiev debían pertenecer a Ucrania, aunque con un “estatus especial”.
Putin dejó de pensar eso tan sólo unas horas después de que el domingo anterior acordó con su homólogo francés, Emmanuel Macron, una nueva reunión de los asesores políticos de los líderes del formato de Normandía para tratar de establecer un alto el fuego, tras varios días de bombardeos en la línea de contacto entre el ejército ucranio y las milicias prorrusas.
Es poco probable que el Kremlin vaya a diferir la ratificación del decreto presidencial por parte de la Duma y el Consejo de la Federación como última advertencia a Estados Unidos de influir en Kiev para que haga concesiones y cumpla los Acuerdos de Minsk.
Parece que ya no hay marcha atrás y los legisladores rusos cumplirán cuanto antes el trámite parlamentario, este martes según se comenta. De ese modo, Rusia tendría, desde su punto de vista, fundamento legal que justifique el ingreso de sus tropas en los nuevos “países independientes”, un territorio que, hasta ayer, Putin consideraba parte de Ucrania.
Se comenta que el repentino cambio de opinión de Putin se debió a que, en una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, celebrada la mañana de ayer lunes, se llegó a la conclusión de que Estados Unidos y la OTAN no van a satisfacer las exigencias rusas en materia de seguridad (no a la expansión de la OTAN, no a instalar armas ofensivas cerca de sus fronteras y desmantelar la infraestructura militar noratlántica a niveles de 1997) y la presión con el despliegue de tropas y armamento no ha dado ningún resultado.