Opinión Política
Dr. Jorge A. Lera Mejía.
Este fin de semana, los analistas económicos del banco CitiBanamex, dieron la noticia que de acuerdo a sus estimaciones, el crecimiento económico del 2022 no superará la tasa del 1.2% del PIB, y que las expectativas del 2023 será de un bajo crecimiento de solo 2 por ciento.
Con esas cifras, en definitiva, el sexenio de este gobierno, tendrá cuando mucho tasa cero; considerando la pérdida de 0.1% en el año 2019, 8.5% del 2020. El bajo rendimiento menor al 4.2% del año pasado. Se interpreta que la economía mexicana no tiene el suficiente impulso, ante la crisis de arranque de este sexenio, la aparición de la pandemia del Covid-19 en marzo de 2020, y más recientemente, el impacto del precio de los combustibles ante la invasión de Rusia sobre Ucrania, que trastocó los mercados internacionales de comodities y productos de exportación industriales mexicanos.
Los analistas del Banco afirmaron que “Las disrupciones en las cadenas de suministro, el menor comercio mundial en general y los efectos negativos sobre la demanda interna de una mayor inflación y tasas de interés más elevadas probablemente resulten en un ritmo de recuperación económica más moderado”. También opinaron que muchas exportaciones mexicanas dependen de la importación de bienes intermedios, la cual representa alrededor de 80% de todas las importaciones, por lo que prevén que disrupciones moderadas en las cadenas de valor obstaculicen la producción y las exportaciones en los sectores automotriz, electrónicos y otros.
La situación se liga con una menor demanda externa, pues la previsión de crecimiento de la producción manufacturera de Estados Unidos, la cual remolca a la mexicana, se ajustó de 3.7 a 3.0% para este año, con la misma tendencia de desaceleración.
La inversión pública y privada mexicana permanece débil, pues el año pasado se ubicó en 18.5% respecto al PIB, el nivel más bajo desde 1995, las incertidumbres adicionales resultantes del panorama geopolítico, así como las presiones al alza sobre las tasas de interés, deterioran las perspectivas para la inversión. Desde ahora se prevé que el Banco de México, establecerá la tasa de interés en más del 8.5% anual en los próximos días.
No obstante, las cifras récord e históricas de recepción de remesas, lo que auxilia que algunos segmentos de la población más pobre sigan beneficiándose, a la par de los programas sociales «asistencialistas», la recuperación del crédito bancario al consumo sigue siendo muy lenta.
Por último, el aumento en los precios internacionales de los combustibles debería generar mayores ingresos petroleros para el país, pero el gobierno federal ha reducido a cero el cobro del Impuesto Especial sobre los Combustibles (IEPS) aplicado a gasolinas y diesel, lo que en el corto plazo se va a descapitalizar, ante el fuerte gasto que no estaba considerado en el presupuesto de este año; sin olvidar que más del 60% de las gasolinas, diésel y gas es importado…