Cuidar al jefe

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DESDE ESTA ESQUINA.

MELITON GUEVARA CASTILLO.

23.08.2022.

CUIDAR AL JEFE.

En la política mexicana hay situaciones que, de vez en cuando, son suigeneris. Por ejemplo, en eso del reclutamiento político o de colaboradores, siempre se asegura que deben ser los mejores para el cargo. Bien que sabemos, sin embargo, que no siempre es así: para unos, la mejor cualidad del colaborador tiene que ser la lealtad y aúnmás la obediencia.

México ha padecido, por eso, improvisaciones y mucha irresponsabilidad en el ejercicio de las tareas públicas. La historia registra que un gobernador al ser cuestionado sobre sus colaboradores, que eran amigos y familiares, con el mayor cinismo declaro: son a quienes les tengo confianza. Así es como, de siempre, nos enteramos que un servidor público no cubre el perfil del puesto, por ejemplo, un agrónomo como director de PEMEX.

CUIDAR LAS ESPALDAS.

Quienes han tenido responsabilidades ejecutivas, sea gobernador o presidente de la república, han procurado construir un escenario que les cuide las espaldas. Por ejemplo, un gobernador o presidente, intenta dejar en el cargo a un amigo o, en el peor del caso, a un cómplice.Cuando no pueden, como cuentan que sucedió hace 6 años en Tamaulipas, se hacen acuerdos con el sucesor. Cuentan que fue lo que hizo Enrique Peña Nieto.

Es lo que construyo el actual gobernador de Tamaulipas: por un lado, teniendo un Congreso amigo, tomo medidas para que el fiscal “autónomo” trascienda el sexenio, le cuide las espaldas; y lo mismo hizo, con el Poder Judicial: en los dos últimos años propuso Magistrados, igual, para que le cuiden las espaldas. Y ahora, declara Jesús Lavín, está dando nombramientos de última hora…

Aunque también modificaciones a la estructura administrativa.

RATERO, NO TONTO.

Al observar lo que está sucediendo en las postrimerías del actual periodo gubernamental, enterarme de cómo se expresa el gobernador electo: no espero civilidad, dijo, pero también apunto que el actual gobernador va a tener que rendir cuentas ante la justicia. Actitud agresiva, como imitando a su coach: siempre es bueno a quien culpar o echarle la culpa. Así, en este contexto, creo que bien vale la expresión que le atribuyen a Blas Urrea (seudónimo de Luis –Cabrera): lo acuso de ratero, no de tonto.

Y es que, es preciso consignarlo: la percepción que se ha creado respecto al actual gobernador, es de corrupto. Siempre le recuerdan su hazaña de juventud en Estados Unidos; y aquí le restriegan una presumible inmensa fortuna forjada al amparo de la corrupción y la impunidad. Sin embargo, el gobierno federal fue incapaz de quitarle el poder y ahora, en los últimos días de poder, sigue maniobrando para obstaculizar la llegada de la 4T a Tamaulipas: no es tonto y deben comprobarle que es corrupto.

JESUS Y GERARDO.

Así, en este contexto, los protagonistas principales en el actual proceso son Jesús Lavín Verástegui y Gerardo Peña Flores. Antagonistas pero que deben ser institucionales en el traspaso del poder. Y en eso de cuidar las espaldas al jefe: Jesús tiene que ser quisquilloso, cuidar el detalle, no permitir que le metan gol y lo aten de manos; en tanto que Gerardo, cuidar y no dejar huellas que puedan afectar a su jefe y amigo. Uno cuidar que no lo hagan tonto, no lo chamaqeen; y el otro, cuidar la opacidad de un gobierno considerado nocivo para los tamaulipecos.

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