Por Carlos López Arriaga.
Cd. Victoria, Tam.- Haciendo memoria, el primer intento de crear una policía uniformada, con identidad corporativa y cobertura geográfica amplia fue la fallida Policía Preventiva Estatal de TOMÁS YARRINGTON.
El matamorense seguía así la pauta del presidente ERNESTO ZEDILLO, quien por aquellos años había dado vida a una Policía Federal Preventiva (PFP), de corta existencia también, pues luego se fusionaría con la Agencia Federal de Investigación (AFI) de VICENTE FOX para constituir la Policía Federal (PF) de FELIPE CALDERÓN.
Pero volviendo con la Preventiva Estatal tamaulipeca, se recuerdan sus camionetas en vivos negros y dorados patrullando calles y caminos.
Lo malo es que (por aquello de las prisas) los operadores de TOMÁS no tuvieron tiempo de reclutar y capacitar al personal suficiente. Optaron por transferir elementos de las policías municipales. Ya sabrá usted, con un nivel de escolaridad muy modesto y una capacitación bastante pobre.
De EUGENIO HERNÁNDEZ vamos a recordar una Policía Especial que parecía diseñada para propósitos específicos pero sin la presencia geográfica que la entidad necesitaba. En el sur conurbado operaba una división Metropolitana y algo parecido en la frontera.
Será EGIDIO TORRE quien asuma por primera vez el reto de crear una Policía Estatal militarizada, con grandes contingentes, vasta flotilla de vehículos, salarios decorosos, blindaje regular en sus uniformes y armas de guerra.
Corporación que se asumiría única para reemplazar a todas, incluyendo a la vieja Policía Rural. Se recordará que la Secretaría de la Defensa apoyó dicho esfuerzo con personal verde olivo temporalmente prestado a la administración regional, en lo que esta emprendía tareas propias de reclutamiento y capacitación.
CAMINA LA REFORMA
Dicha policía subsistió bajo el gobierno de CABEZA DE VACA y hoy será la base sobre la que se edifique el nuevo proyecto de Guardia Estatal enviado el jueves pasado al congreso por el gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA.
La iniciativa propone reformas y adiciones a las leyes de Seguridad Pública del Estado, la Ley de Coordinación del Sistema de Seguridad Pública, la Ley Orgánica de la Administración Pública, la Ley Orgánica de la Fiscalía General, la Ley de Tránsito y la Ley del Trabajo de los Servidores Públicos.
De entrada se están manejando ejes temáticos como son el uso proporcional de la fuerza, la proximidad social y el respeto a los derechos humanos.
Se habla también de preparación estricta, mejoría en sus condiciones laborales, controles de confianza reforzados, armamento moderno, tecnología de punta para labores de inteligencia, nuevos vehículos.
Hasta donde se sabe, el asunto tendrá prioridad dentro del poder legislativo y se espera que esta semana le den curso en comisiones y también en asamblea.
Al respecto cabe preguntar por el lugar que la Guardia ocuparía en el organigrama. Si quien resulte titular se ubicaría en línea-staff con el Jefe del Ejecutivo, o bien dependerá de la Secretaría de Seguridad Pública, hoy a cargo del General de Brigada SERGIO HERNANDO CHÁVEZ GARCÍA.
Según se informa, los agentes de la anterior Policía Estatal que se integren a la Guardia conservarán sus prestaciones y percepciones, así como el reconocimiento de su antigüedad en el servicio.
Detalle importante pues en otras latitudes ha sido tema de forcejeos y connatos de huelga dentro del panorama nacional. En concreto, cuando los policías federales fueron incorporados a la Guardia Nacional y en muchos casos se les ubicó bajo el formato de “nueva contratación”, sin reconocer sus años de servicio.
NUEVA PRESENTACIÓN
Y bueno, antes aún de ser discutida la iniciativa y (en su caso) aprobada, ya están repintando las camionetas que desde ahora lucen la leyenda de “Guardia Estatal”.
Reemplazan con ello los colores azul y verde-perico del gobierno anterior por un café-guinda muy cercano a los códigos cromáticos del gobierno obradorista, incluidos en su Manual de Identidad Gráfica y directamente inspirados en los criterios de diseño antes vistos en MORENA.
Observando los vehículos de la nueva corporación, se trataría de las coloraciones rojizas 7420C y 7421C de PANTONE, a las cuales se añaden los dorados 465C y 468C, también de la guía internacional PANTONE.
Por supuesto, es muy comprensible la propuesta de la bancada priísta dentro del Congreso local para someter a revisión y discusión la vieja costumbre de imponer los colores del partido gobernante en los edificios públicos. Hábito que luego hacen extensivo al parque vehicular.
Sin embargo, al menos en la entidad, la gente de AMÉRICO podría argumentar que los referidos PANTONE 7420C y 7421C se encuentran también en la cuera tamaulipeca.
Cuestión de asomarnos a la variedad de matices observados en nuestro traje típico, dentro del mismo color piel que de sobra conocemos.
Es decir, su rica gama de cafés, llámense camello, tabaco, castaño, tostado, canelo, terroso, arenisco, pardo o marrón. Rojizos o ambarinos, algunos muy vivos, otros más bien cenizos.
Cabría, por cierto, un comentario al calce. El gobierno anterior puso de moda las cueras azules. Idea exótica, pues su corte, costuras, adornos, ribetes y estampado de colorines más bien nos remiten a la indumentaria de los rodeos texanos.
Trajecitos muy al gusto de pochos y polakos sin arraigo. Acaso útiles para un jaripeo en Wyoming o Dakota del sur, pero sin duda ajenos a las tonalidades anímicas de Tamaulipas. La noticia es que ya se fueron.