Responsabilidad

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DESDE ESTA ESQUINA.

MELITON GUEVARA CASTILLO.

15.11.2022.

 

RESPONSABILIDAD.

 

Hay momentos en que nos restriegan en la cara la expresión: tienes que ser responsable de tus propios actos. Y efectivamente todos, todos hombres o mujeres, jóvenes o adultos de manera cotidiana tomamos decisiones y realizamos acciones. Según con el cristal con que sea vean, unas serán buenas o males (o solo equivocadas), otras responsables o irresponsables, justas o injustas, según sean las consecuencias.

 

Entendemos que, esas decisiones y acciones, están dentro de un contexto: familiares, de negocios, deportivas, entre amigos, de tipo comunales. Y si hacemos una valoración del contexto, tendríamos que decir que unas son privadas y otras públicas. Las primeras tienen efectos, digamos hacia el interior de la familia o el grupo de amigos; las públicas, afectan a toda una comunidad.

 

ACCIONES Y RESPONSABILIDADES.

Las acciones, sean buenas o malas, nos definen o nos determinan, a veces en lo individual en otras en forma colectiva. Por decir, si alguien maneja un vehículo de manera imprudente ocasiona un accidente y huye, obvio que es alguien irresponsable, muy diferente al que se detiene, ayuda a los heridos y le llama a la ambulancia. En algunos casos, son irresponsabilidades: el padre que maneja una moto, acompañado de su hijo, ambos sin casco protector y se pasa un alto: los atropellan y muere su hijo.

 

Hay acciones colectivas que nos definen: la participación que tenemos en las tareas y problemas de la comunidad, somos o no participativos o cooperativos al momento de resolver un problema que atañe a todos. Hay otras, como cuando se accidenta un tráiler con alimentos y que, la población o vecinos, de inmediato se parte de una rapiña colectiva. Como en una ocasión que se volcó un tráiler que transportaba cajas de carne: prácticamente, se mofaron, en el ejido hubo carnes asadas en todos los hogares.

 

LAS RESPONSABILIDADES PÚBLICAS.

Más graves son las responsabilidades públicas. Hay, incluso, una ley que tipifica las responsabilidades o delitos que pueden cometer los servidores

públicos. Por lo regular se conocen el tráfico de influencias, el cohecho, beneficiarse del cargo, robar al erario público… en fin, tantas y tantas que se configuran en las distintas leyes, decretos y reglamentos. Incluso, cuando un Presidente de la Republica, gobernador o alcalde, por decir, toman protesta juran cumplir y hacer cumplir las leyes. Y nada, por aquí y por allá, corrupción, corrupción, más corrupción.

 

AMLO por ejemplo juro gobernar por y para todos los mexicanos; y no lo hace así, solo para quienes están de acuerdo con su proyecto; a los otros, los llama conservadores y traidores. Y en el caso de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya juro y prometió transformar a Tamaulipas. Uno ya va en la recta final de su gobierno y, por lo que se ve, está construyendo las bases para que su estilo y forma de gobernar, perdure al estilo del viejo PRI. El otro, Américo, inicia su gobierno y sus primeras decisiones, como nombrar a sus gobernadores, han sido cuestionadas: el resultado final, o las consecuencias, de sus acciones, iremos viéndolas con el tiempo.

 

JUICIO DE LA HISTORIA.

La historia juzga a sus gobernantes al paso del tiempo. Cuando sus acciones cuajaron en resultados. Ni como pensar que Carlos Salinas, Vicente Fox, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto fueron unos corruptos, la mafia de cuello blanco, neoliberales. Ni como pensar, en el caso de Tamaulipas, que sus exgobernadores fueron eficientes y justos, cuando los persigue la justicia… o en el caso de Victoria, ni como imaginar que Xicoténcatl Gonzales Uresti pensó en gobernar para la ciudad, sus habitantes, para sus colonias y comunidades rurales, fue y aun es evidente el desastre de su gobierno.

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