San Francisco y Baltimore, más cerca del Supertazón

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En la NFL no es fácil ser malabarista. Cada truco requiere práctica y habilidad, un arte que han aprendido los 49ers de San Francisco. Jugar con la presión de casi 30 años sin un campeonato añade una dificultad adicional. Si se produce un error, las consecuencias suelen servir al fracaso. Esa ha sido su historia desde la última vez que dominaron la Liga en 1995. Como el mejor equipo de la Nacional, los gambusinos mostraron con su victoria (24-21) ante los Empacadores de Green Bay que pueden caminar sobre la misma cuerda sin caerse, llegando por segunda campaña consecutiva a la final de la Conferencia.

Horas antes, en Baltimore, los Cuervos dieron el mismo golpe sobre los Texanos de Houston en la Conferencia Americana, anticipando el final de un cuento de hadas para el novato C. J. Stroud.

Los Niners reunieron todas y cada una de las características de un equipo acróbata, muchas veces danzando en el peligro y otras dando pasos firmes sin mirar al vacío. En una primera parte de pocos puntos, Purdy encontró con un pase profundo a George Kittle para terminar adelante luego de recibir dos goles de campo (7-6) y fallar otro de 48 yardas. En ese último intento, el salto de Colby Wooden, convertido en una pantera defensiva, impidió que la diferencia para los Empacadores fuera todavía mayor.

Espectáculo redondo

El espectáculo fue redondo hasta el tercer y último cuarto, ese lapso en el que los cabezas de queso sumaron dos anotaciones por medio de Bo Melton y Tucker Kraft mediante el prolífico brazo de Jordan Love, quien lanzó para 194 yardas y acertó en una conversión de dos puntos pese a sufrir dos intercepciones. Christian McCaffrey, por tierra, empujó a los 49ers con una escapada de 39 yardas hasta las diagonales y Jake Moody dejó el marcador 21-17 con un gol de campo. Entonces, vino el error.

El pateador de Green Bay, Anders Carlson, falló un intento de 41 yar-das con 6:18 por jugar y Purdy capitalizó la oportunidad con un acarreo ganador de McCaffrey desde la zona roja. Para despejar cualquier tipo de duda, Dre Greenlaw se quedó con el último pase desesperado de Love buscando el empate.

La despedida de C. J. Stroud, novato que se convirtió en el mariscal de campo más joven en ganar un partido de playoffs en la NFL, puede sintetizarse en una sola imagen: el encuentro al final del partido con Lamar Jackson, en una escena cargada de gratitud y respeto que no se consigue de un día para otro. El chico maravilla de los Texanos de Houston, segunda selección global en el draft de abril, no pudo seguir su conquista en la ronda divisional ante los Cuervos de Baltimore (34-10) en un terreno donde los grandes equipos montan en cólera si las cosas suceden al revés.

“Good job, man (Buen trabajo, muchacho)”, reconoció Jackson al mariscal de 22 años luego de una campaña brillante con el liderazgo del coach DeMeco Ryans, con quien transformó el pasado perdedor de Houston y consiguió el campeonato de la división sur de la Conferencia Americana. Los Cuervos, por primera vez finalistas desde 2012, enfrentarán ahora en el duelo estelar de su sector al ganador de la serie entre Bills de Búfalo y Jefes de Kansas City

Favorito para ganar el premio al Jugador Más Valioso (MVP), Jackson desarticuló a Houston con un total de dos anotaciones de carrera y otros dos de pase. Cinco años más grande que Stroud, la estrella de los Cuervos llegó a las 100 yardas terrestres y sumó otras 152 aéreas para asegurarse su primera presencia en la definición de Conferencia de sus seis temporadas de profesional.

Jackson jugó en el filo de un terraplén contra su propio pasado: había caído un par de veces en esta ronda (2020 y 2019), la última de ellas en la campaña que obtuvo su primer premio MVP, y se resistía a volver a despedirse antes de tiempo. Aún tenemos trabajo por hacer, advirtió tras la victoria.

Los Texanos, derrotados en sus cinco participaciones en la ronda divisional, cerraron sin éxito un curso en el que fueron una de las grandes sensaciones de la NFL de la mano de Stroud, quien terminó con 175 yardas por pase frente a una compenetrada defensiva de los Cuervos. A pesar de sus múltiples intentos luego de un inicio igualado 10-10, no pudo sumar ningún punto en la segunda parte.

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