La burra no era arisca…

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Cena de Negros  / Marco A. Vázquez

La izquierda mexicana, esa que presuntamente arribará al poder el próximo 1 de diciembre fue la más aguerrida detractora de la estrategia de seguridad de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, afirmaron que el tener a la Marina y al Ejercito en patrullajes nomás le trajo desprestigio a las fuerzas armadas, que la milicia no tení­a capacidad ni entrenamiento para combatir el crimen e incluso afirmaron que lo único que se hací­a era violentar los derechos humanos de la gente con ejecuciones extrajudiciales y abusos de autoridad.

La izquierda mexicana, esa que presuntamente arribará al poder el próximo 1 de diciembre ahora es la más cariñosa con la milicia y ha anunciado como parte de su estrategia fundamental de combate al crimen que serán militares y marinos los que principalmente combatirán el delito, que esa será la parte importante de su estrategia, que se formará una Guardia Nacional formada con elementos de las fuerzas armadas entrenados especialmente en el combate al delito.

¿Es la misma estrategia de Calderón y Peña Nieto?, ¿es traicionar su esencia o exhibir que solo era politiquerí­a todas las acusaciones del pasado?, si, quizá sean las dos cosas juntas pero hay algo que debemos tomar en cuenta, es lo mejor que se puede hacer en este momento ya que las policí­as estatales y federales están en su peor momento.

Más todaví­a, en el escenario mexicano no se ven corporaciones policiacas civiles con la capacidad de enfrentar al crimen organizado, de regresarnos la paz que merecemos y debemos tener gobierne quien gobierne.

Es claro, entonces, que la cordura parece regresar, da la impresión de que quienes van a gobernar se han tenido que tragar sus palabras y eso es bueno porque el único beneficiado será el pueblo.

Lo peligroso ahora es que la sociedad desconfí­e y no observe los puntos buenos de la estrategia de seguridad que a partir de ayer se difunde, que se vaya a meter en la onda de odiar sin estudiar la propuesta a fondo, sin enterarse que también contiene propuestas que le darán a este México lindo y querido más tranquilidad.

Si, más peligroso aún es que por centrarse en la disyuntiva de tener militares o no en las calles, no se vaya a tomar en cuenta la polí­tica peligrosa que en materia de legalizar drogas se está tomando, ya es un hecho que van a legalizar el consumo de la mariguana y no solo para que se queme en lugares privados sino que hasta en una plaza cualquier adicto se pueda echar su churro de mota.

Eso si es peligroso, pasar a una polí­tica de libertinaje en el uso de la mariguana sin tomar en cuenta las condiciones del paí­s, sin entender que los riesgos para la gente decente son muchos, sin siquiera  pensar el trato que le darán a un asesino que cometa el delito bajo los influjos de la mariguana y luego se defienda con el argumento de que no andaba en sus cinco sentidos o, peor aún, que compró la mota en uno de los establecimientos que tenga o regule el gobierno.

Le insisto, el tener a los militares en la calle en la única opción que tiene el futuro gobierno y resulta un punto bueno, nos guste o no, que doblen todo su orgullo para entenderlo, para privilegiar el bienestar o la paz de los ciudadanos con todo y lo contradictorio o cí­nica que se pueda entender la postura que hoy toman.

Como en la época de Felipe Calderón, no hay más opción que tener a los militares en la calle porque las policí­as no pueden, están demasiado cuestionadas y nadie participarí­a con las mismas en ningún proyecto de pacificación del paí­s ya que las cree corruptas y eso contrario a lo que pudiera suceder con la que será llamada guardia nacional, parecerá, por lo menos de entrada, más confiable.

Quiere motivos para privilegiar que los militares vigilen las calles y no los policí­as, pues es sencillo, lea todo lo que ocurre en el caso de El Chapo allá en Nueva York, vea como poco a poco se desenmascara que lo protegieron policí­as, en suma, las circunstancias dan la razón al futuro gobierno en ese aspecto y, le insisto, el tema a discutir no es ese sino la legalización de las drogas, lo de militarizarnos por el momento no tiene otra salida, no hay forma de elegir otra opción, solo se puede realizar una acción de ese tipo y temporal o dejar de una vez por todas que el narco nos gobierne y ejerza su poder a través de policí­as que les protejan.

Tiene razón el pueblo en desconfiar de su milicia como una opción efectiva, no ha dado los resultados esperados pero la razón es simple, de la noche a la mañana y sin entrenamiento alguno los sacaron a patrullar las calles, 10 años después las cosas han cambiado, tuvieron que capacitarse, entrenarse, cierto, con todo y ello la gente va a desconfiar porque bien lo dice el dicho la burra no era arisca, la hicieron, y eso solo va a cambiar cuando se sienta paz en todo el paí­s.

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