«Hola Nicolás, nos vemos en la web», advierte ‘El Nacional’

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La redacción del diario El Nacional, un emblema de la prensa venezolana, volvió a estar repleta como en los mejores tiempos. El motivo: la solidaridad ante su salida de circulación por la falta de papel, el acoso polí­tico y la crisis económica.

Decenas de ex trabajadores acudieron para apoyar a la mermada nómina del periódico, que publicó este viernes su última edición tras 75 años de trayectoria, incluidas dos décadas de choque con los gobiernos de Hugo Chávez (1999-2013) y Nicolás Maduro.

«Hola Nicolás, nos vemos en la web», advirtió en una frase editorial el medio, en referencia a la migración digital del rotativo.

El jefe de diseño Ví­ctor Hugo Rodrí­guez, conocido como VH, dijo haber vivido una dura noche mientras diagramaba la portada de despedida con el titular «El Nacional es un guerrero y seguirá dando la batalla».

«Tení­a una sensación de mucha tristeza», contó a la Afp Rodrí­guez, con 38 años en la empresa.

VH asume el cierre, sin embargo, como «un alto en el camino», convencido de que El Nacional regresará a los kioscos con más fuerza».

Fundado el 3 de agosto de 1943 por el literato venezolano Miguel Otero Silva, el diario resistió hasta donde pudo, con una redacción que se habí­a llenado de sillas vací­as.

Muchos buscaron este viernes en las calles un ejemplar, misión prácticamente imposible. «El Nacional hace mucho tiempo que no viene», dijo la encargada de un kiosco en Caracas.

Dí­as difí­ciles

Obligado a ahorrar papel, monopolizado por una corporación estatal creada en 2013 que lo entrega discrecionalmente, el periódico redujo su tiraje a unos 5 mil ejemplares diarios frente a los 250 mil de 2014 en los fines de semana.

El informativo, que tuvo 72 páginas en cinco cuerpos y varias revistas, habí­a recortado sus ediciones a 16 páginas y limitado su circulación a cinco dí­as a la semana.

Para la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), se trata de «una regresión más» de la libertad de expresión en Venezuela.

Esto «no ocurre de manera aislada», subrayó a su vez Marco Ruiz, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), respaldando a los 280 trabajadores de una compañí­a que llegó a tener mil 500.

Desde 2013, más de un centenar de medios cerraron en Venezuela, entre estos 70 periódicos.

«Estamos hablando de la desaparición de cerca de 60 por ciento de los medios que existí­an (…) por una polí­tica de acorralamiento», denunció Ruiz en una rueda de prensa en la redacción.

El Nacional es el caso más resonante del último lustro, un impacto que recuerda el cierre de RCTV en 2007, entonces principal televisora del paí­s, sustituida por un canal estatal.

«La vida de nuestros abuelos y nuestros padres, también la vida nuestra, no se puede entender sin la lectura de El Nacional«, destacó el historiador Elí­as Pino Iturrieta.

El diario resistió a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1952-1958), pero no escapó a la demoledora crisis actual, con cinco años de recesión y una inflación que el FMI proyecta en 10 millones por ciento para 2019, además de las presiones polí­ticas.

El número dos del chavismo, Diosdado Cabello, logró este año que El Nacional y otros dos medios venezolanos fueran multados por replicar, en 2015, reportes de medios españoles que lo vinculaban con el narcotráfico.

El gobierno de Maduro acusa a la prensa de servir a conspiraciones de la oposición para derrocarlo.

«Somos muy tercos»

Patricia Spadaro, jefa de redacción, elogió a los empleados que, pese a tener que trabajar «con las uñas», han peleado por «retratar ese paí­s que le quema la piel a la gente».

Después de que Maduro decretara en agosto pasado un aumento de 3 mil 400 por ciento en el salario mí­nimo, lo que derivó en un cierre masivo de empresas y comercios, todo el personal de El Nacional quedó ganando el básico.

Ahora, la empresa anuncia que se reestructurará para «potenciar» su web.

Espera ser fiel al legado de un diario en el que firmaron plumas como los escritores Pablo Neruda, Gabriel Garcí­a Márquez, Arturo Uslar Pietri o el caricaturista Pedro León Zapata.

«Los periodistas tenemos un gran defecto: Somos muy tercos, somos porfiados, nos dan por un lado y nos levantamos por el otro», aseguró Spadaro.

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