Duodécimo sábado de “chalecos amarillos” en Francia

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 Miles de «chalecos amarillos» marcharon este sábado a través de Parí­s y otras ciudades francesas durante el duodécimo fin de semana de acciones contra el gobierno, a pesar de que la popularidad del presidente Emmanuel Macron se está recuperando, de acuerdo con algunas encuestas.

Las protestas, que deben su nombre a las chaquetas fluorescentes que los automovilistas franceses están obligados a llevar en sus autos, comenzaron a mediados de noviembre como respuesta a los planes del gobierno de subir los impuestos al combustible, pero con el correr de los dí­as se convirtieron en una revuelta más amplia que movilizó a decenas de miles de manifestantes a nivel nacional cada sábado.

El gobierno advirtió este viernes que la policí­a no dudarí­a en reaccionar si se producen hechos de violencia, tras recibir una autorización del tribunal administrativo más alto de Francia.

Los manifestantes rindieron homenaje a los heridos en los últimos meses, denunciando el uso de armas antidisturbios prohibidas en gran parte de Europa. Unos mil oficiales de policí­a y mil 700 civiles han resultado heridos desde el inicio de las protestas, según cifras oficiales.

Entre 10 mil y 13 mil 800 manifestantes protestaron en la capital según estimaciones de la policí­a y medios independientes.

La policí­a antidisturbios utilizó gas lacrimógeno para dispersar a algunos manifestantes, aunque la situación se mantuvo relativamente tranquila en comparación con anteriores fines de semana. Miles de personas también se tomaron las calles en ciudades como Tours, Valence, Marsella y Burdeos.

Los sondeos de opinión muestran una recuperación del í­ndice de popularidad de Macron luego de que lanzó consultas, incluidos debates en los ayuntamientos, para tratar de sofocar el malestar social. Pero al igual que en semanas anteriores, los manifestantes portaban banderas francesas y carteles contra el mandatario.

En Alemania, en favor del diésel

Centenas de personas, en su mayorí­a vistiendo chalecos amarillos de seguridad, se manifestaron este sábado en Stuttgart para expresar su oposición a la prohibición de circular desde el mes de enero de viejos automóviles que funcionan con diésel.

Los manifestantes exhibí­an pancartas como «Pro Diésel» o «Conductores de diésel, defiéndanse», en una protesta en las proximidades de la estación que mide la contaminación ambiental en esa parte de la ciudad.

«Es injusto lo que nos están haciendo», dijo a la Afp Vasilos Topalis, uno de los organizadores de la manifestación. «Decenas de miles de personas son afectadas y no pueden comprar un nuevo automóvil».

Desde el primero de enero, los automóviles a diésel -en general matriculados antes de 2001- no serán autorizados a circular en Stuttgart, ciudad sede de la gigante automotriz Daimler y el productor de piezas Bosch.

Una excepción que fue emitida para algunos residentes de la ciudad se extinguirá en abril.

Bajo fuerte presión de entidades ambientalistas, otras ciudades alemanas como Berlí­n, Maguncia, Hamburgo y Bonn ya adoptaron restricciones a la circulación de ciertos modelos de vehí­culos a diésel.

Esa prohibición se aplica también a una autopista en las proximidades de Essen.

Ioannis Sakkaros, que inició el movimiento de protesta, dijo desear «que el gobierno se ocupe de nosotros y cancele esas prohibiciones de circulación».

De acuerdo con Sakkaros, «no se puede justificar que nosotros, los ciudadanos, seamos las ví­ctimas de lo que han hecho la industria automotriz y el gobierno».

Los organizadores de la protesta convocaron a los descontentos a participar con sus «chalecos amarillos», después de varias semanas de intentar sin resultados que la manifestación se torne nacional.

«Los franceses son un modelo porque se han atrevido a salir a las calles para defender sus derechos», dijo Topalis.

Los «chalecos amarillos» alemanes «no pertenecemos a ningún partido, se trata de un movimiento ciudadano», añadió Sakkaros.

La semana pasada, durante una manifestación que contaba con poco más de un millar de personas, el partido de extrema derecha AfD habí­a intentado sin éxito asociarse al movimiento de Sakkaros en favor del diésel.

Este mismo sábado, una protesta convocada por el AfD reunió unas pocas decenas de personas, constató un periodista de Afp.

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