Se multiplica el desabasto en Venezuela por el apagón

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Caracas. Tras una noche de choques entre manifestantes y los cuerpos de seguridad, y en medio de un apagón a escala nacional que suma más de 72 horas en muchas regiones, la capital venezolana amaneció este domingo con restos quemados de barricadas levantadas en las principales avenidas, y para este lunes el gobierno del presidente Nicolás Maduro dispuso el cese de actividades laborales y educativas.

En todo el paí­s los pobladores intentaban abastecerse de agua y alimentos realizando largos recorridos por la ciudad, esperanzados en encontrar algún comercio abierto, mientras varios hospitales atendieron a sus pacientes con la ayuda de generadores, pero algunos tuvieron que operar sin luz.

Venezuela enfrenta desde la tarde del jueves un megaapagón, que el presidente Nicolás Maduro atribuyó a cinco ataques eléctricos, cibernéticos y electromagnéticos, supuestamente orquestados por Estados Unidos.

El apagón afectó el complejo hidroeléctrico del Guri, que genera más de 60 por ciento de la electricidad que se consume en el paí­s. El gobernante denunció que se trató de un ataque para bloquear la recuperación de la energí­a, desestabilizar su gobierno y así­ justificar su derrocamiento.

Al paso de las horas, los problemas de abastecimiento se profundizaron, ya que muchas gasolineras no pudieron operar. Los hospitales ya de por sí­ están en crisis por la falta de insumos y fallas de equipos, y en los últimos dí­as el golpe ha sido mayor por el apagón.

Varios sectores de la capital y otros 22 estados seguí­an sin luz el domingo al mediodí­a. La falla también afectó el suministro de agua y provocó cortes en Internet e incluso en la telefoní­a fija, que normalmente no suele ser afectada por los apagones.

A consecuencia del apagón, los puntos para tarjetas de débito y de crédito no funcionaban y la mayorí­a de los pagos debieron realizarse en divisas extranjeras, lo que complicó la situación ante la escasez de efectivo en Venezuela, donde sólo es posible retirar entre 500 y mil bolí­vares por dí­a en los bancos, y donde un café cuesta entre 3 mil y 5 mil bolí­vares.

El Sistema Eléctrico Nacional ha sido objeto de múltiples ataques cibernéticos que ocasionaron su caí­da y han impedido los intentos de reconexión nacional. Sin embargo, hacemos grandes esfuerzos para, en las próximas horas, restaurar el suministro de forma estable y definitiva, tuiteó Maduro.

El mandatario anunció que se emprenderán las acciones necesarias para garantizar la distribución de los productos básicos, y dijo que por medio de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción se garantizarán alimentos, agua potable e insumos necesarios para el pueblo y los hospitales.

Vladimir Padrino, ministro de Defensa, afirmó que los sabotajes al sistema eléctrico constituyen una violación masiva a los derechos humanos. Con esas acciones brutales privaron a la población de los servicios de agua y luz, denunció.

Juan Guaidó, quien el 23 de enero se proclamó presidente encargado de Venezuela, dijo que pedirá a la Asamblea Nacional (de mayorí­a opositora y declarada en desacato) imponer el estado de alerta, figura de la Constitución que se usa en caso de catástrofes.

El apagón se debe a que por casi dos décadas las autoridades se robaron el dinero de la generación de energí­a, sostuvo Guaidó, y añadió que “a los usurpadores se les acabaron las excusas y ahora salen a decir que fue un ataque cibernético. Es inverosí­mil la versión del hackeo a un sistema analógico”.

Indicó que debido al apagón, en los hospitales hay 17 muertos confirmados, 15 en Maturí­n, capital del estado de Monagas.

La agencia de noticias Ap no pudo verificar la cifra de fallecidos dada por Guaidó y Julio Castro, un médico que apoya a la oposición.

El Grupo de Lima señaló en un documento suscrito por Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú que esta situación no hace más que confirmar la existencia y magnitud de la crisis que el régimen de Maduro se niega a reconocer.

A su vez, el presidente de Cuba, Miguel Dí­az-Canel, tuiteó: “El imperio de Estados Unidos intensifica su criminal y brutal agresión contra #Venezuela. El atentado eléctrico pone al desnudo la mentira y el cinismo del falso discurso ‘humanitario’ del imperio”.

En ese contexto, una investigación del New York Times puso en tela de juicio las acusaciones vertidas por Estados Unidos y algunos de los paí­ses vecinos de Venezuela contra el gobierno de Maduro por haber quemado supuestamente un convoy de ayuda humanitaria el pasado 23 de febrero.

Luis Hernández Navarro, enviado de La Jornada, reportó el 27 de febrero que la ayuda humanitaria fue quemada por opositores venezolanos.

Tras analizar imágenes inéditas a su disposición y los videos divulgados por el gobierno colombiano, el New York Times llegó a la conclusión de que uno de los cuatro camiones del convoy que intentó cruzar la frontera con Venezuela desde Colombia se prendió en llamas al ser alcanzado por la tela encendida que se desprendió de un cóctel molotov arrojado por un manifestante opositor contra las fuerzas de seguridad venezolanas desde el lado colombiano.

Unos 20 minutos antes, el mismo manifestante aparece en otro video lanzando un cóctel molotov contra otro camión de la caravana que no se incendió.

Según el diario neoyorquino, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), uno de los principales donantes de la ayuda, no proporcionó medicamentos, sino materiales como mascarillas o guantes.

“Investigación del @nytimes devela otra gran mentira de @VP@AmbJohnBolton @SecPompeo @marcorubio @IvanDuque y @sebastianpinera (entre otros): el camión con supuesta ayuda humanitaria fue quemado por manifestantes violentos de la oposición extremista”, tuiteó el canciller venezolano, Jorge Arreaza.

John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, dijo al programa The Week, de la cadena ABC, que hay innumerables conversaciones en marcha entre miembros de la Asamblea Nacional y de las fuerzas militares en Venezuela sobre lo que podrí­a pasar y cómo podrí­an moverse para apoyar a la oposición.

Mientras, Estados Unidos presiona a India para que deje de comprar petróleo venezolano, comentó Elliot Abrams, el enviado de la Casa Blanca para Venezuela, quien fue condenado por el escándalo de Irán-contras mientras serví­a al presidente Ronald Reagan.

India es el segundo cliente en importancia que paga en efectivo por el crudo de Venezuela, sólo detrás de Estados Unidos, que mediante sanciones contra Maduro ha entregado el control de parte de esos ingresos a Guaidó.

China, el otro gran importador de petróleo venezolano, no genera efectivo porque ese dinero se destina a pagar miles de millones de dólares en préstamos hechos a Caracas por Pekí­n.

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