Desde Esta Esquina / Melitón Guevara Castillo.
En más una ocasión, desde la elección local anterior, el PRI demando que la elección fuera realizada por el INE, alegando que en el IETAM no hay condiciones de equidad, legalidad, entre otras cosas, para realizar la elección. En esta ocasión, a pocos días de que se inicie el registro de candidatos constitucionales, se conoce la noticia: el INE atrae la elección del 2 de junio próximo pero no es el único, va también para Aguascalientes, Baja California, Durango, Quintana Roo, incluyendo Puebla, donde será elección extraordinaria del gobernador.
Con esta decisión, se indica, fue para emitir normas y criterios –se entiende no por encima de lo dispuesto por la ley-, y evitar que funcionarios de los tres niveles de gobierno influyan en la contienda electoral. Y es que, recuérdese, en el caso de Tamaulipas desde la elección anterior hay desequilibrios, inestabilidades, al interior del IETAM por la brusca movilidad de quienes han sido Presidente del órgano electoral.
CULTURA DEL FRAUDE ELECTORAL.
De siempre en México hablamos y conocemos el fraude electoral. Se ha practicado tanto que, como la corrupción, ya lo vemos tan normal que no nos escandaliza. Claro, antes era más burdo, menos sofisticado: se robaban las ánforas, las embarazaban (las llenaban antes), se practicaba el carrusel electoral (votar más de una vez)… y, de siempre, el uso electoral de los programas sociales, las despensas y la repartición de apoyos. La ciudadanización de órganos electorales, ni la credencial infalsificable, han impedido el fraude electoral.
Hoy el fraude electoral se hace, incluso, con la ley electoral en la mano. Menciono un caso: en la elección pasada el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca asistió a eventos políticos, hablo a favor de su partido y de sus candidatos. Violo la ley: pero el TRIELTAM resolvió que, por el tamaño del evento, la cobertura del mismo, de las palabras del gobernador, no afectaban los resultados finales de la votación… le dieron permiso, pues, para que lo siga haciendo.
INFLUENCIA GUBERNAMENTAL.
El argumento del INE para atraer la elección local es tener la oportunidad para emitir normas y criterios y evitar que los funcionarios de los tres niveles de gobierno puedan influir en la contienda. En este sentido, elección tras elección –incluso más en la etapa priista-, siempre se acusó a que el gobierno federal, como el estatal, hacían un uso electoral de los programas de beneficio social. Se hacían denuncias periodísticas, se delataban bodegas y hasta personas, pero de ahí no pasó nada.
Ahora, se machaca una y otra vez, el fraude electoral ya es de mayor castigo. Y es que, bien que lo recuerdo, se pasaban del tope de gastos de campaña, hacían proselitismo en horas de oficina, usaban recursos públicos… y que sucedía: había denuncia y si es que llegaba a
prosperar, la sanción era una multa ridícula o tan solo una amonestación: daban pues, permiso, para volver a hacerlo.
MENTALIDAD DEL APOYO.
Una y otra vez han dicho que una elección es una especie de evaluación del gobernante en turno. Muchos recuerdan la expresión de Manlio Fabio Beltrones, ante la derrota: que gran parte del voto de castigo era culpa del gobierno de EPN. Y la verdad que sí, el trabajo del gobierno si tiene un impacto. Al menos a mí, en lo personal, me consta, puesto que así lo he escuchado en más de una vez en la zona rural: me ayudaron, por decir, con 65 y más, me inscribieron, así que me voy al evento del partido… si esto se repite, veamos lo que está sucediendo.
INE Y LOS ORGANOS LOCALES.
La decisión del INE de atraer la elección local solo nos lleva a varios comentarios: 1) están convencidos de que los gobernadores hacen de la suya y que hay consejeros electorales cómplices; 2) En un proceso de centralización política, que va a derivar a la larga en la desaparición en los órganos electorales; 3) El INE ya entro en el proceso de centralización, para responder a la coyuntura de MORENA y minimizar a los poderes locales. Ya está en el INE la 4T.