Un dí­a, Ferrari sucumbió al capricho de Maradona

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CIUDAD DE Mí‰XICO

Diego Armando Maradona cumple 59 años y para celebrarlo, esta vez no recordaremos ninguna de las hazañas del legendario futbolista argentino dentro del campo, tampoco repasaremos sus problemas con el dopaje y las adicciones o su paso por los banquillos.

Conmemoraremos el cumpleaños del ‘Pelusa’ con una anécdota contada por Guillermo Coppola, exrepresentante, amigo y compañero de mil andanzas del ‘Diego’, quien conserva en la memoria un sinnúmero de anécdotas referentes a Maradona y, sobre todo, tiene una manera muy elocuente de relatarlas.

Antes de irse de Nápoles para viajar al Mundial de México 1986, Maradona hizo una petición especial a su entonces representante. El ‘Diego’ querí­a un Ferrari, a lo que ‘Guille’ respondió que ya tení­an uno, pero el ‘10’ acotó “Quiero el F40”.

La peculiaridad de dicho modelo radicaba en que la lujosa marca automotriz solamente fabricarí­a 40 autos para la misma cantidad de distinguidos compradores. El ‘juguetito’ que encargó Diego Armando, tení­a un costo de 470 mil dólares.

Pero eso no era todo, por si fuera poco, Maradona querí­a que el Ferrari fuera de color negro, algo impensado para la época, pues hasta ese entonces todos los autos de dicha marca eran fabricados únicamente de color rojo.

Mientras Maradona se preparaba bajo las órdenes de Carlos Salvador Bilardo para consagrarse en la Copa del Mundo de México como el rey del balompié, Guillermo Coppola gestionaba en Italia el encargo que le habí­a hecho su representado.

Después de conseguir que Ferrari le vendiera a Diego Maradona (para entonces una de las máximas figuras de la Serie A) uno de los cotizados F40, Coppola tuvo que convencer al mismí­simo Enzo Ferrari de que el auto de Maradona saliera de la agencia de color negro.

Cabe mencionar que después de que Maradona tuvo el F40 color negro, figuras de la talla de Mike Tyson y Sylvester Stallone, también presumieron entre sus ‘lujos’ aquella pieza única.

Una vez que Maradona gambeteó a cuanto rival enfrentó en México, hizo un gol inolvidable y levantó la Copa del Mundo, Coppola esperaba al capitán de la albiceleste en el Aeropuerto Capodichino de Nápoles con el F40 a un lado de la pista y con un ‘as’ bajo la manga.

Junto a Corrado Ferlaino, presidente en aquella época del equipo napolitano, Coppola esperaba a Maradona y momentos antes de que aterrizara el vuelo privado que transportaba a Diego desde Roma, ‘Guille’ convenció al dirigente de que le regalara el lujoso auto al recién coronado monarca del balompié Mundial.

Exhibiendo sus dotes de buen negociador, Coppola convenció a Ferlaino de que el F40 le habí­a costado 870 mil dólares, más 130 mil dólares de la pintura y lo más importante, persuadió al presidente del Nápoles de que tení­a que hacerle ese extravagante regalo al ‘Pelusa’ que estaba por aterrizar.

Finalmente, Ferlaino aceptó ‘financiar’ el regalo y cuando Maradona bajó el avión, abrazó a su representante y agradeció efusivamente el presente al dirigente napolitano.

Diego de inmediato abordó el F40 y lo encendió para disfrutar del poderoso ruido del motor, pero un detalle estropeó el ‘cuento de hadas’.

Como es habitual en un auto de carreras, el Ferrari F40 no tení­a estéreo y por más que Coppola trató de explicarle la situación a Maradona y le prometió que cuánto antes mandarí­a a ponerle uno de los más potentes, Diego bajó decepcionado del auto azotó la puerta y le dijo a quienes momentos antes habí­a abrazado:

Ferlaino, Coppola, métanse este Ferrari por el c…”
cmb

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