Originarios no solamente de Cuba sino también de países como Sudán, Congo y Camerún, la oleada de migrantes de raza negra que han llegado a la frontera tamaulipeca y específicamente a Reynosa ha dado origen a un lugar conocido como «La Pequeña Habana».
Debido a ello, desde hace ya algunos meses, es común ver en la zona centro de Reynosa a personas de raza negra.
Tras la eliminación de la «Ley de Pies Descalzos» que los obligó a tomar una ruta alternativa para llegar de su país a los Estados Unidos, primero llegaron los cubanos, y las últimas semanas, se ha multiplicado el número de hombres, mujeres y niños provenientes de países africanos, como Sudán, el Congo y Camerún.
Entrevistado al respecto, el director del albergue de migrantes Senda de Vida, Héctor Silva De Luna, manifestó que a la fecha hay en ese refugio casi 400 migrantes, mientras que la capacidad instalada es de 250.
La mayoría, son de origen africano.
Ante la capacidad rebasada del albergue, se han tenido que levantar tiendas de campaña elaboradas de tela.
El albergue «alterno», se encuentra en un lugar utilizado como bodega, donde familias enteras acuden en búsqueda de un refugio.
De acuerdo con su director, el refugio Senda de Vida da albergue a migrantes de Centroamérica, Sudamérica, de Cuba, de países de ífrica y hasta de Asia.
“hasta le dicen a esta parte de Reynosa ‘La Pequeña Habana’â€, dice sonriente el Director de Senda de Vida.
Cabe señalar que aun cuando ningún asiático a acudido al lugar, ante la amenaza que ha generado la presencia del coronavirus, Silva De Luna aseguró que como una medida preventiva en cuanto llega una persona de raza china, no se le permite el ingreso y se da aviso a las autoridades para una valoración.
Además de las guerras civiles en el Congo y Camerún, las pandillas en Centroamérica, las dictaduras de Sudamérica y el comunismo en Cuba, más recientemente han llegado a esta frontera familias de migrantes de nuestro propio país procedentes de Oaxaca, Chiapas y Guerrero, en un éxodo originado por el clima de violencia.
A consideración de Silva De Luna, estos fenómenos están obligando a la población a migrar hacia los Estados Unidos, y se ven obligados a cruzar por ciudades fronterizas, como Reynosa, donde se han convertido en un fenómeno social y su presencia que sobresale del resto de la población.
En la composición gráfica se aprecia un vehículo de venta de comida con la bandera de Cuba.
Por último, el encargado del albergue mencionó que como institución no participarán en la marcha que han anunciado grupos de migrantes encabezados por una asociación civil.
Al deslindarse de «La marcha por la paz, dijo; «quién sabe qué pueda ocurrir».