Melbourne. Sometido por el tipo de despliegue físico que es su sello de presentación durante la mayor parte del partido, Rafael Nadal finalmente pudo adjudicarse un set e intentar una remontada contra el austriaco Dominic Thiem.
Nadal lo celebró haciendo saltitos, agachándose en la línea de fondo, además de agitar con vigor su brazo derecho.
pero no tardó en meterse en problemas. Y, eventualmente, su intento por igualar el récord de Roger Federer de 20 títulos de Grand Slam con una consagración en el Abierto de Australia naufragaba con una derrota el miércoles en los cuartos de final frente al austríaco Thiem — una versión más joven del propio Nadal.
La victoria de Thiem por 7-6 (3), 7-6 (4), 4-6, 7-6 (6) sobre el número uno del mundo tomó 4 horas y 10 minutos debido a una gama infinita de largos y emocionantes puntos. Uno de los más memorables tuvo a Thiem cayéndose de espaldas, pero logró levantarse para mantener la pelota en juego hasta que Nadal cometió un error.
«Jugó con mucha energía, agresivo. Muy bien hecho por él», dijo Nadal. «Honestamente, creo que no jugué un mal partido».
Thiem, cuyo entrenador es el chileno Nicolás Massú, alcanzó la quinta semifinal de Grand Slam en su carrera. Pero se trata de la primera fuera del Abierto de Francia, la parcela donde Nadal es imperial.
Otro dato vital: la derrota acabó la racha de siete semifinales seguidas de Nadal en las grandes citas, la más larga de su carrera, un periodo en el que se coronó campeón tres veces.
«Si quieres tener una oportunidad contra él, uno de los grandes de la historia, todo tiene que salirte bien», dijo Thiem, quinto cabeza de serie en Australia.
¿Cuándo fue la última vez que el astro español no pudo acceder a la penúltima ronda de un grande? Fue precisamente en el Melbourne Park, donde sucumbió en los cuartos de final hace dos años y luego se conformó como el subcampeón del torneo de 2019, ganado por Novak Djokovic.
Esa fue la cuarta derrota de Nadal en una final de Australia, donde su solitario título se remonta a 2009. Ha conquistado dos campeonatos en Wimbledon, cuatro del Abierto de Estados Unidos y 12 del Abierto de Francia.
Cuando se le preguntó qué podría haber hecho de manera diferente ante Thiem, Nadal replicó: «Ganar algún desempate».
Thiem tenía marca de 0-5 ante Nadal en las grandes citas, sufriendo derrotas en las últimas dos finales de Roland Garros.
Pero este fue un partido con una historia distinta. La estadística que lo marcó: Thiem ganó el doble de los puntos que alcanzaron o excedieron los nueve golpes, 24-12.
«Ha sido un partido increíble, épico», dijo Thiem. «De un gran nivel por parte de los dos».
Thiem se las verá el viernes con Alexander Zverev, el séptimo cabeza de serie, por el pase al partido por el título.
Zverev, quien inició 2020 con tres derrotas consecutivas, demostró que sus entrenamientos extra surtieron efecto al derrotar 1-6, 6-3, 6-4, 6-2 al suizo Stan Wawrinka. Será la primera semifinal de Grand Slam para el alemán.
«Espero que sea la primera de muchas», señaló Zverev.
Tras ceder el primer set en apenas 24 minutos, Zverev se recompuso y reajustó su estrategia, aprovechando su altura (1,98 metros) para llegar a pelotas en la línea de fondo y estirando los puntos hasta que Wawrinka, campeón de tres grandes en su carrera, flaqueó. Y le funcionó.
El saque a veces dubitativo de Zverev _que cometió una doble falta por partido en todas sus derrotas en la Copa ATP que abrió la temporada _ era de pronto estupendo, y el potente golpe de Wawrinka desde el fondo de la pista se debilitó, como si pudiese lesionarse.
En lugar de un duelo entre Nadal, de 33 años, contra Wawrinka, de 34, será un Zverev, de 22, ante Thiem, de 26, un par de miembros de la nueva generación que tratan de conquistar su primer título en un grande.
«Creo que es la primera vez que juego una semifinal de Grand Slam que me toca ser el más viejo», dijo Thiem