CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Gobernadores de diferentes Estados de la República han implementado una especie de toque de queda, es decir, a toda persona que ven en la calle, dicen ellos, sin motivo alguno, la están obligando a regresar a sus casas, a quien se resista le aplicarán multas severas, encarcelamientos por tres días y hasta los obligarán a hacer labor social en hospitales como pena.
Apunte a Michoacán, Nayarit y Jalisco entre los que ya trabajan de esa manera y lo hacen como única forma de contener el coronavirus porque su gente no entendió por la buena que deberían quedarse en casa, lo que sigue es que  ese toque de queda se puede hacer común en todas partes, el pretexto o argumento va en el sentido de que se privilegia el interés general por sobre el interés, o necedad según lo vea usted, de algunas personas de no querer estar encerrados.
La medida que es común en los Estados es la obligatoriedad de usar tapabocas en los centros comerciales, el transporte público, en las calles a fin de que los contagiados no infecten más personas o los que están sanos no se enfermen tan fácilmente y también eso se ve como autoritarismo en muchos casos.
Ante esas medidas restrictivas y autoritarias habrá que preguntarse, ¿de quién es el fracaso?, la mayoría piensa que de las autoridades, de Andrés Manuel López Obrador por no cerrar las fronteras a tiempo, del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca a quien le atribuyen todo lo que se les ocurra e incluso, aquí en Victoria, se cree que el responsable es el presidente municipal Xicoténcatl González Uresti a quien acusan de no llevar agua potable a los hogares, desde luego, la misma ola de acusaciones la vemos en todos los Estados, en todos los municipios porque la gente solo busca justificarse como si con ello se fuera a resolver el problema.
Algo tienen de responsabilidad las autoridades, desde luego, pero es un hecho que aquí quienes hemos fracasado somos nosotros sociedad, los que tuvieron dinero para viajar primero por no evitarlo a pesar de los problemas que veían en los países de destino y que en la mayoría de los casos no era obligatorio, después por no acudir ante las autoridades sanitarias o laboratorios  a tiempo a hacerse pruebas para no contagiar a sus amigos, familiares o cercanos, luego de ellos el resto del pueblo también tiene gran responsabilidad porque no tenemos disciplina cuando no se nos ha pedido mucho, solo quedarnos en casa, tomar medidas preventivas como lavarnos las manos y ya.
Es real, muchos vivimos al día, si no trabajamos no hay ingresos, pero en la medida de lo posible se tienen que ponderar las cosas, de una crisis podemos recuperarnos y mantener a flote a los nuestros, lo imposible sería regresar a la vida.
Hoy en muchas partes del país hay manifestaciones, meseros, cocineros, chóferes de microbús, trabajadores de la construcción, músicos, vendedores ambulantes todos hacen lo posible porque el gobierno los vea, les entregue despensas o apoyos, les busque programas que les puedan beneficiar ante la falta de trabajo lo cual padecen desde hace un mes y justo es que se haga algo al respecto, de eso no hay duda tampoco.
Lo ideal, desde luego, es que las autoridades hagan más de lo posible pero más que ello que el pueblo haga lo que le corresponde, que no permitamos que se vayan personas a dormir sin nada en la panza, que en la medida de lo posible nos ayudemos unos con otros.
Hasta hoy, en medio de la pandemia, hay que decir que estamos a punto de desaparecer como sociedad y la razón es que no tenemos disciplina ni nos hacemos responsables, no queremos entender que por cada uno que se infecte se podrán contagiar primeros sus hijos, sus padres, luego sus amigos,  los vecinos y, al final, será un cuento de nunca acabar por lo que de nada valdrá todo el sacrificio de esta ya larga cuarentena que la mayoría está cumpliendo y que en un momento dado todos vamos a pagar, así, estamos al borde del fracaso y será solo nuestro, nadamás.
En otras cosas… La política no descansa ni en tiempos de coronavirus, ayer, la que fuera en otros tiempos casa encuestadora oficial del PAN, Massive Caller, dio a conocer la aceptación de los alcaldes a nivel nacional y resulta que Enrique Rivas Cuellar, de Nuevo Laredo, apareció en el segundo lugar nacional, primero en Tamaulipas, con un 56.4 por ciento solo cuatro décimas abajo del primer sitio que ocupa el alcalde de Mérida, Yucatán.
La empresa atribuye que aumento el nivel de aceptación de Rivas por el trabajo de prevención y ataque de efectos del coronavirus en su ciudad.
Lo destacable de los resultados es que Maky Ortiz, la alcaldesa de Reynosa que llegó a aparecer en los primeros cinco puestos se va diluyendo poco a poco lo que, si el panismo sigue atendiendo a este empresa, le quitará fuerza para futuras contiendas políticas.
En información oficial se dio a conocer que para atender la contingencia COVID-19 en la Entidad, el Gobierno de Tamaulipas, a través de las Universidades Politécnicas y Tecnológicas de la entidad, fabrica túneles sanitizantes nebulizadores que son colocados en los accesos a las unidades de salud del estado, como parte del Proyecto Auxiliar Sanitario en apoyo a la Secretaría de Salud.
Los túneles nebulizadores permiten proteger a pacientes y personal que se encuentren en el hospital y de igual manera a quienes llegan al mismo y serán instalados en hospitales, centros de salud, laboratorios y jurisdicciones sanitarias de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Soto la Marina, Ciudad Victoria, El Mante, Tampico, Madero y Altamira.
Uno de los túneles fue colocado en el puente internacional Reynosa-Hidalgo, uno de los cruces con más tráfico de peatones e ingreso de migrantes deportados.
Las cabinas funcionan como cámaras en las que se despide, de manera preventiva, un líquido sanitizante (solución de hipoclorito) para desinfectar y purificar a las personas; el líquido es rociado por todo el cuerpo mediante nebulizadores, los cuales pulverizan las partículas del agua a una medida en la cual adquieren una carga negativa que al entrar en contacto con cualquier superficie se adhieren, ya sea por encima o por debajo.
A través de este sistema de nebulización el líquido desinfectante se adhiere al cuerpo de las personas durante el trayecto por el túnel logrando el objetivo de sanitización.
Cada túnel tiene un costo aproximado a los $17,500 pesos y tienen capacidad para atender a 2 personas cada 7 segundos, informó Oscar Ballesteros González, Rector de la Universidad Tecnológica de Victori y en la elaboración participan voluntariamente personal docente, administrativo y alumnos de las Universidades Tecnológica de Nuevo Laredo, Politécnica de la Región Ribereña, la Tecnológica de Matamoros, la Tecnológica del Mar de Tamaulipas Bicentenario, la Politécnica de Victoria, la Autónoma de Tamaulipas, el Instituto Tecnológico de El Mante, la Universidad Politécnica de Altamira y la Tecnológica de Altamira.
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