DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
12.08.2020.
Ayer recibí dos noticias. Una buena, y otra mala. La primera fue que mi compadre íngel Portales, de Matamoros, después de varios días de silencio lo rompió con un mensaje: para compartir el sentimiento de alivio, de alegría, de que el médico ya le dio de alta. Ya le dio en la torre al covid-19. Y es que, si uno hace memoria, de los testimonios que se comparten en las noticias, en las redes sociales, es un momento difícil que no se le desea a nadie.
Les confieso que, por otra parte, hace buen número de años en una investigación periodística confirme la tesis de que las cosas buenas no son noticias. Tome el caso de una guerra: el inicio, la declaración de guerra y los combates, número de muertos y de heridos, siempre fueron noticia. En cambio, el día que se firmó la paz, que termino la guerra, la información solo mereció una nota pequeña. Así sucede actualmente con el covid-19.
LA MOLESTIA DEL PRESIDENTE.
Hace días, en una mañanera, el Presidente AMLO se molestó con los medios de comunicación. Prácticamente dijo que se solazan anunciando muertos y más muertos por el covid-19; en tanto que el, en el práctica, se desgañita pregonando que ya la libramos, que la pandemia ya se domo, que cayó como anillo al dedo. Esa es la cuestión: los medios publicitan la información, digamos, que vende, que crea polémica.
El Presidente AMLO toma como un ataque que los medios difundan información que no va con los principios y valores de la 4T. Que significan no robar, no traicionar y no mentir. Los medios hacen señalamientos, sean de servidores públicos o de legisladores de MORENA, que no van acorde y los ubican como perdonados, purificados. Ya Toledo, el Secretario del Medio Ambiente, hizo notar como integrantes de la 4T llevan agua a su molino… primero son sus intereses, luego los pobres.
BUENAS NOTICIAS.
Como investigador social no debo, no puedo, echar las campana a repicar. Hay que esperar la prueba, la comprobación. Sin embargo, a como estamos, el menor indicios de que las cosas se componen, pues nos da alegría. Y eso es lo que sucedió la noche del lunes: un amigo escribió en el Facebook que lleva una tabla diaria de contagios (a nivel nacional) y que observaba un decremento en la gráfica.
En lo personal, diariamente, he dado seguimiento a la gráfica de El Universal. Y la tendencia cíclica era: 2 días de la semana, disminuyen los casos; pero en los otros cinco días, hay un repunte. Así lo observe durante 14 o 15 semanas, pero en esta última ya no hubo el incremento, bueno lo hubo, pero no a los niveles de las semanas anteriores. Imaginar que ya inicia un aplanamiento de la curva, que tarde o temprano, va a disminuir, es motivo de alegría. Al menos para mí: espero que, en estos días, se confirme el escenario.
MEDIDAS DESESPERADAS.
La noticia mala me la dio una de mis comadres. Me llamo para saludarme y preguntar por mi familia. Ya en la plática me confieso que en su familia, que es muy grande, ya fallecieron tres
personas; que otra de su familia, una tía, le dio: “estamos contagiadosâ€. Pero, además, que su cuñado (vive en la frontera) está asustado: entre sus compañeros de trabajo, y amigos, ya van 17 fallecidos. Por estas cosas, es comprensible que en algunos lugares estén tomando medidas desesperados.
Medidas desesperados como en Los íngeles, que el gobierno local corta el agua y la luz, a quienes hacen fiestas; o como en San Pedro Garza García, la autoridad están cancelando bodas, shows y celebraciones familiares. Aunque en algunos casos: cierran las puertas y no les hacen caso… pero la multa, esa, no se la quitan. Las autoridades de Querétaro, por ejemplo, desde el 4 de mayo tienen filtros en las carreteras: y a los que no pueden justificar su entrada, los regresan. Contabilizan, de esa fecha, la revisión de 513214 vehículos, 817343 personas: 63317 han sido regresados a su lugar de origen