La CFE no sólo será un monopolio al tener el control de todo el mercado eléctrico, también se convertirá en un monopsonio al ser el único comprador de energía privada y el único vendedor a usuarios finales.
Montserrat Ramiro, ex comisionada de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), explicó que en un monopolio una sola empresa genera un bien o servicio, pero se convierte en monopsonio cuando es la única que puede comprar el producto.
Expuso que esto le permitirá a la CFE determinar el precio, a quiénes y bajo qué condiciones se compra.
«Esto es peligroso porque imagina que los empresarios de algún estado están ejerciendo algún tipo de presión política y se quejan continuamente del servicio, pues simple y sencillamente (CFE) podría decidir no venderles energía y prácticamente apagar a un estado o a una industria», advirtió.
Óscar Ocampo, coordinador de Energía del IMCO, explicó que con el cambio se le va a pedir atender a toda la cadena sin apoyo alguno, lo que representa riesgos operativos y financieros.
«La Comisión Federal de Electricidad no tiene los recursos para absorber hoy en día todas las actividades, no únicamente de ella, también de los privados; se debilitaría a la Comisión porque ya no habrá diferencia entre suministro básico y suministro calificado, será un solo suministrador para todo el País, obligándola a comprar energía más costosa.
«Además, encarecer un insumo tan importante y tan fundamental como es la energía eléctrica, a las empresas se les está encareciendo su producción y eso eventualmente va a acabar reflejándose en los precios a los consumidores y en los precios de la canasta básica», acusó el especialista del Imco.