La lealtad del camaleón de los diputados

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Presencia / Ana Luisa Garcí­a

< La lealtad del camaleón de los diputados

< Cónyuges y Jr´s a la batalla electoral

< Extinción de dominio por corrupción

 

1.- Las elecciones locales de 2019 en Tamaulipas se tornan más trascendentes de lo que se hubiera podido esperar. Por una parte es de vital importancia para el Partido Acción Nacional conservar su hegemoní­a en el Congreso local, porque se trata del 2º y último trienio de la gestión del gobernador de extracción blanquiazul, Francisco Garcí­a Cabeza de Vaca, la cual se puede ver en jaque ante la eventualidad de una Legislatura con mayorí­a “morenista”.

Y es que de acuerdo a lo que se percibe en otras entidades donde el partido del actual Presidente Electo tiene mayorí­a, están actuando con miras de transformar el escenario económico, polí­tico y social de esas entidades.

Basta recordar la sentencia de Ricardo Monreal poco antes de las votaciones del 1º de julio, “vamos a ganar el Congreso local, desde ahí­ vamos a gobernar Tamaulipas”. Y eso precisamente es lo que están intentando en otros estados, <gobernar desde el legislativo las actuaciones del Ejecutivo>.

En Tamaulipas, en apariencia hay una luna de miel entre ambos Poderes, aunque todaví­a no rinde protesta AMLO, ya está gobernando, incluso hay reclamo abierto de los sectores privados a Peña Nieto porque se ha replegado ante la avalancha guinda.

En ese marco de circunstancias la divisa principal a la hora de elegir candidatos en estos dos principales actores, PAN y MORENA, será la lealtad, porque las traiciones están a la vuelta de la esquina, particularmente en los legisladores que saltan de un partido a otro movidos por intereses personales.

El 4 de septiembre lo vimos con 5 senadores del PVEM que en un lapso de horas, en una misma sesión se cambiaron a Morena para darle mayorí­a. Y en Tamaulipas un expriista que se convirtió en diputado local por el PAN Comicios de 2016), que coqueteo con Morena en 2018 donde finalmente no le dieron la candidatura en el proceso municipal.

La cuestión es que en estados donde gobierna el PRI y Morena tiene mayorí­a en el Congreso local, los tricolores han podido comprar a legisladores de la supuesta izquierda para que renuncien a ella y se pasen al bando priista.

También ocurre a la inversa, priistas que ven mejores horizontes en el partido de enfrente saltan a su encuentro. En ambos casos impera la lealtad del camaleón, cambian de color como mejor les conviene.

Bajo esa lupa, los partidos deberán elegir con mucho cuidado a sus candidatos, es más debiera de ser tema para reglamentarlo porque la deslealtad no sólo es con el partido, sino con el elector y en esas condiciones debiera de hacerse un sistema algo así­ como una lista estatal, similar a la que se maneja en lo federal, para que si el suplente no está dispuesto a representar a su partido, se busque otro de la lista plurinominal, seguramente habrá alguno dispuesto a representar las siglas bajo las que se registró buscando una oportunidad en el Congreso.

LA OTRA DELFINA DE MORENA.- De tal manera que de nada servirá que el PAN o MORENA logren la mayorí­a, si negociaciones debajo de la mesa tienen el riesgo de que les cambien los votos consolidados en las urnas electorales por pactos inconfesables, a conveniencia del legislador. Hace tres dí­as los medios de comunicación dieron cuenta del caso de la diputada local de Nuevo León Delfina de los Santos que en un solo mes se ha ostentando como militante de tres diferentes partidos, el último de ellos MORENA.

Por eso corren versiones en el caso del PAN, que entre las opciones que desde ahora se manejan, pueden figurar los juniors o las esposas de panistas con arraigo, que esta vez no abrirán la puerta a expriistas por muy buen cartel que tengan.

Entre estas opciones se habla del hijo de la alcaldesa de Reynosa Maki Ortiz y del Jr. del Presidente del CDE del PAN, Francisco Elizondo; así­ como de las cónyuges del diputado federal Salvador Rosas Quintanilla de Nuevo Laredo y del Secretario de Desarrollo Económico, Carlos Garcí­a González en Matamoros, ambas con presencia en sus lugares de residencia, debido al ejercicio de puestos públicos, una en el municipio con la bandera de lo que era la SEDESOL, ahora Sebien y la otra como rectora de la Universidad Tecnológica de Matamos.

Como Usted sabe el 50% de las candidaturas serán para mujeres y otro tanto para varones, lo cual significa 11 oportunidades para cada género.

2.- Luego de que el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, tuvo una reunión de trabajo con legisladores federales,  trascendió que entre las iniciativas y reformas a la ley que se asoman, está la referente a modificaciones al artí­culo 22 de la Constitución, para que la extinción de dominio que ahora procede en casos de delincuencia organizada, secuestro, delitos contra la salud, trata de personas y otras formas de enriquecimiento ilí­cito, hoy se incluya como causal, a delitos por hechos de corrupción.

Esto permitirá recuperar parte de lo sustraí­do por ilí­citos en deterioro a las arcas públicas.

Eso está muy bien. Sin embargo falta que empiecen por definir las caracterí­sticas de los delitos de corrupción, precisar sus dimensiones y respectivas sanciones y desde luego especificarlo como delito grave, porque actualmente hay casos como el del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, cuya sanción de 9 años es de risa. Y todaví­a falta que le reduzcan la sanción por otras circunstancias y que en 2 o 3 años esté libre.

No pasar por alto las transferencias de capital a los familiares polí­ticos, suegros, compadres, obviamente consorte, hijos, entenados, yernos, nueras, etc.

La realidad es que existen muchas especificaciones en la ley que no se cumplen, si se les diera puntual seguimiento desde hace mucho que los indicadores de corrupción no estarí­an tan altos.

El precepto más antiguo como es la declaración patrimonial ha sido letra muerta, ahora la han revivido con el artí­fice de la “3 de 3”, pero si cada tres años en el caso municipal y cada seis en los casos de gobiernos estatales se le diera cumplimiento y seguimiento cada año no habrí­a tantas fugas de los recursos públicos.

Ni más ni menos, de los 43 alcaldes que se fueron (o los que se religieron) a cuantos se le ha revisado a fondo sus circunstancias patrimoniales. Los entrantes tienen un periodo de gracia, está por verse si se da cumplimiento al precepto.

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